La clave es ser eficientes
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 04 octubre, 2007
Costa Rica ha salido mal calificada en el ranking mundial de negocios publicado por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional.
Este índice evalúa la facilidad para hacer negocios en 178 países del mundo, y entre diversas variables que toma en cuenta para calificar a cada nación, una de las que tienen más peso es la cantidad de trámites y el tiempo que lleva realizarlos para poder efectuar determinadas operaciones comerciales.
Costa Rica, que ha obtenido una calificación cada vez peor en los últimos cinco años, ocupa hoy el lugar 115 en el mencionado ranking, debido sobre todo a los lentos trámites burocráticos y a las deficiencias en infraestructura.
El país tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para convertir sus oficinas públicas en eficientes centros de tramitación y atender sin pausa la necesidad de mejorar y ampliar infraestructura.
No obstante lo anterior, hay que decir que sería incomprensible que no lograra el país salir adelante y empezar a mejorar esa posición negativa que hoy exhibe, puesto que a pesar de ella, llega la inversión extranjera, se inician nuevos negocios constantemente y, como se sabe, se cuenta con ventajas como mano de obra productiva y debidamente capacitada, un gobierno estable y una relativa seguridad social.
Costa Rica ha tenido y tiene atractivos suficientes para quien desee hacer negocios, pero es su misma gente, aquella que es considerada con buen nivel educativo, la que debe reaccionar para convertir las oficinas públicas en eficientes.
No obstante, es innegable que el gobierno ha de jugar su papel en todo esto. La conversión del aparato burocrático en eficiente tramitador no será posible si no se toman medidas que conduzcan a ese cambio que ha de ser importante y sin demora.
Los jerarcas de nuestras instituciones deberán diseñar nuevos sistemas de trabajo que, bien implementados por los mandos medios, lleven a los funcionarios públicos al camino de la eficiencia y a sentirse orgullosos de pertenecer a un servicio público que contribuya al mayor surgimiento del país.
Es evidente que si Costa Rica quiere, Costa Rica puede.