Investigación académica: extremos y equilibrio
| Jueves 20 septiembre, 2012
Investigación académica: extremos y equilibrio
Cuando una persona busca una opción de estudio universitario, toma en cuenta muchos aspectos, uno de los cuales es cómo los patronos califican la seriedad y exigencia académica de cada opción, lo cual genera opiniones como “si no es importante”, cualquiera sirve, “si es importante”, se hace el esfuerzo por estudiar en las opciones más respetadas, según el área de estudio.
Mientras hay opciones que vox populi las llaman “fotocopiadoras de títulos”, otras crean una abultada cantidad de egresados que no se gradúan, alegando el desinterés de las personas para ocultar la cantidad de trabas, trámites y procesos dilatados que de forma maquillada, obstaculizan y retrasan el objetivo de la persona en obtener su título. Y estos centros de estudio suponen que nadie les puede decir algo, porque gozan de la mal entendida autonomía, que ni el Ministerio de Educación Pública puede intervenir.
Comparto la idea de no fomentar ni permitir situaciones de plagio en tareas y deberes, mucho menos en investigaciones y tesis. Pero suelen aparecer casos donde en una misma universidad, a un estudiante se le mira con microscopio hasta el último detalle, retrasando su proceso de graduación, mientras a otra persona se le aprueba su tesis llena de errores.
Esta subjetividad se está dando en una investigación doctoral que es la primera de su área a nivel mundial, donde el estudiante no tiene a quien copiarle ni plagiarle, pero los días pasan, las semanas pasan, los meses pasan y ya son cuatro años haciendo, cambiando, revisando, y la persona no se gradúa, con el inconveniente de que la universidad no se responsabiliza por el daño económico de trabajos que no han podido concretarse a falta del título académico.
Según los datos aportados, en ningún momento se objetaron las conclusiones de la investigación. Todo fue porque la investigación se realizó cuantitativamente, y dos de las personas del tribunal doctoral solo aceptan investigaciones cualitativas. La persona debió reanalizar los datos y luego, cualitativamente, comprobó que sus conclusiones cualitativas también lo eran cuantitativamente.
Esto es conocido como bullying o acoso, a nivel académico. ¿Por qué pasa esto? ¿Es acaso que alguien está “picado” porque no se le ocurrió esa investigación? ¿O es que está esperando que otra persona haga la tesis en ese tema para que sea otra persona la primera en hacerla?
¿Qué puede hacer una persona en una situación así?
Luis Guillermo Quesada Sibaja
Administrador, politólogo y abogado
Cuando una persona busca una opción de estudio universitario, toma en cuenta muchos aspectos, uno de los cuales es cómo los patronos califican la seriedad y exigencia académica de cada opción, lo cual genera opiniones como “si no es importante”, cualquiera sirve, “si es importante”, se hace el esfuerzo por estudiar en las opciones más respetadas, según el área de estudio.
Mientras hay opciones que vox populi las llaman “fotocopiadoras de títulos”, otras crean una abultada cantidad de egresados que no se gradúan, alegando el desinterés de las personas para ocultar la cantidad de trabas, trámites y procesos dilatados que de forma maquillada, obstaculizan y retrasan el objetivo de la persona en obtener su título. Y estos centros de estudio suponen que nadie les puede decir algo, porque gozan de la mal entendida autonomía, que ni el Ministerio de Educación Pública puede intervenir.
Comparto la idea de no fomentar ni permitir situaciones de plagio en tareas y deberes, mucho menos en investigaciones y tesis. Pero suelen aparecer casos donde en una misma universidad, a un estudiante se le mira con microscopio hasta el último detalle, retrasando su proceso de graduación, mientras a otra persona se le aprueba su tesis llena de errores.
Esta subjetividad se está dando en una investigación doctoral que es la primera de su área a nivel mundial, donde el estudiante no tiene a quien copiarle ni plagiarle, pero los días pasan, las semanas pasan, los meses pasan y ya son cuatro años haciendo, cambiando, revisando, y la persona no se gradúa, con el inconveniente de que la universidad no se responsabiliza por el daño económico de trabajos que no han podido concretarse a falta del título académico.
Según los datos aportados, en ningún momento se objetaron las conclusiones de la investigación. Todo fue porque la investigación se realizó cuantitativamente, y dos de las personas del tribunal doctoral solo aceptan investigaciones cualitativas. La persona debió reanalizar los datos y luego, cualitativamente, comprobó que sus conclusiones cualitativas también lo eran cuantitativamente.
Esto es conocido como bullying o acoso, a nivel académico. ¿Por qué pasa esto? ¿Es acaso que alguien está “picado” porque no se le ocurrió esa investigación? ¿O es que está esperando que otra persona haga la tesis en ese tema para que sea otra persona la primera en hacerla?
¿Qué puede hacer una persona en una situación así?
Luis Guillermo Quesada Sibaja
Administrador, politólogo y abogado