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FORO DE LECTORES


Integración centroamericana

| Jueves 14 agosto, 2014


A pesar de las diferencias entre los países de la región (agravadas por las retóricas presidenciales), la integración es necesaria


Integración centroamericana

Los centroamericanos enfrentamos hoy, igual que tiempo atrás, una seria disyuntiva: integrarnos y enfrentar al mundo globalizado como región, o seguir cada uno por su lado, procurando un pedazo del pastel que está sobre una mesa a la que cada día llegan más y más comensales. Frente a esto mi posición es y siempre será que la integración es el futuro de la región, es la clave del éxito. Veamos algunos argumentos que defienden esta postura.
Problemas globales, soluciones globales. Entre las problemáticas más serias que la región enfrenta están la inseguridad, el cambio climático, la pobreza, la inequidad, el narcotráfico… Son problemas que afectan a todos los países del istmo, y aunque los niveles de violencia no sean los mismos en Honduras que en Panamá, aunque el grado de pobreza de Guatemala no sea comparable con el de Costa Rica, los flagelos de la exclusión social los sufrimos todos. El narcotráfico, englobado en un problema mucho más grande: el crimen transnacional organizado, demuestra que las fronteras entre los Estados son de hechura humana, lo cual refleja fielmente su carácter transnacional.
Este es sin duda el mayor de los retos de Centroamérica: coordinar acciones, desarrollar políticas conjuntas, compartir información, entre otras tareas. Misma situación ocurre con el cambio climático. A pesar de que las emisiones de carbono de la región son insignificantes a la par de gigantes como China, Rusia o Estados Unidos, somos nosotros quienes primero vemos y sufrimos los efectos de las terribles y cada día mayores variaciones en el clima de la Tierra.
Y ¿qué papel juega la integración en este proceso? Se perfila como la clave en esta coordinación. La mirada debe estar puesta más allá de solo coordinar, la visión debe ser la de que en un futuro (cercano me gustaría pensar) exista una autoridad de carácter supranacional que se encargue, en el caso concreto del narcotráfico, de vigilar las costas caribe y pacífica de la región, lo que sin duda sería mucho más efectivo que la limitada y descoordinada acción unilateral de cada Estado.
El narcotráfico no es la única amenaza transnacional que enfrenta la región; la seguridad, las migraciones, la crisis económica… asuntos donde la integración permite un mayor ámbito de acción a cada gobierno, abriendo la posibilidad de idear soluciones que no se terminen en la frontera de cada Estado.
A pesar de las diferencias entre los países (magnificadas muchas veces por las retóricas presidenciales), la integración más allá de ser posible, es necesaria. La amplitud del complejo institucional del SICA entorpece el proceso.
El narcotráfico, por citar un ejemplo, puede convertirse en el equivalente del acero y el carbón europeos y la imperiosa necesidad de combatir este mal de forma conjunta e integrada venir a ser el espaldarazo político que la integración necesita.
No será un proceso fácil ni expedito, pero es la integración la opción viable para dar respuesta a los desafíos que se ciernen cada día con más fuerza sobre la región.

Luis Antonio González Jiménez

Estudiante de relaciones internacionales UNA

 






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