Grecia, Costa Rica y nosotros
Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 17 julio, 2015
No debemos de caer en el abismo griego. Debemos mirar nuestros peligros en su espejo
Sinceramente
Grecia, Costa Rica y nosotros
Reforma del Estado, responsabilidad fiscal, empleo de la deuda pública para inversión nunca gasto, reglas estables en el tiempo, capacidad en la conducción de los asuntos públicos y hacendarios, equilibrio, veracidad, deberían ser guía de acción que los costarricenses tengan presente siempre en temas de gobierno y hacienda pública.
En Grecia en un hospital gubernamental se habían contratado 45 jardineros para atender unas pocas macetas y en algunos organismos públicos tenían 50 choferes para conducir un vehículo.
En Grecia los salarios públicos con extras llegaban a 70 mil euros al año y los salarios alemanes apenas alcanzaban 55 mil. Los griegos mintieron a las instituciones sobre gastos e ingresos. Sin duda enfrentamos allá un problema de cultura, de clase política, de electores complacientes y cómplices de sus gobernantes, un problema de populismo y veracidad.
El gasto y el volumen burocrático en Grecia es casi tan importante como en Gran Bretaña, un país mucho mayor. Pienso que en Costa Rica urge una ley de salarios públicos y pensiones.
En Grecia, las hijas solteras de los padres muertos recibían 1.000 euros de pensión. Cuando se constata que allá tienen la población ficticia más alta del mundo de personas de 110 años, porque no se dan de baja los muertos y se cobra su pensión, vemos la dimensión social.
La Unión Europea ha detectado que hay familias que cobran cuatro y cinco pensiones que no les corresponden. Hay pensiones que se siguen cobrando con personas que murieron en 1953, hace 62 años. Se puede llegar a la conclusión de que el pueblo y las autoridades seguían patrones de complicidad por conveniencia.
En Costa Rica las pensiones del Poder Judicial son excesivas y las de las universidades públicas también. Los cargos al presupuesto nacional costarricense de 700 mil millones anuales en razón de esas pensiones son realmente serios. Las exoneraciones son más del 5% del PIB. El 49% de la economía costarricense es informal, si suben los impuestos crecerá.
En Costa Rica los pagos en exceso e ilegales en el Ministerio de Educación son de miles de millones anuales. Los trabajadores costarricenses del sector público ganan más de un 50% que los del sector privado. Las convenciones colectivas de Japdeva, Recope y otros tienen privilegios que parecieran griegos.
Este último presupuesto nacional creció el gasto en un 19,6% y la deuda pública costarricense llega ya a cerca del 43,5% del PIB. La deuda se refinancia año con año intereses incluidos, por lo que el país está por caer en la trampa del interés compuesto. En los primeros seis meses de 2015 la captación creció un 35% sobre 2014.
En Grecia aumentaron los gastos, la deuda y los impuestos no subieron. En Costa Rica ante la ausencia de nuevos ingresos se sigue gastando y la deuda pública crece.
Costa Rica debe poner freno al gasto gubernamental. Se debe hacer una revisión a fondo de las instituciones, de su actual vigencia e idoneidad. Se debe entrar a una profunda reforma y actualización del Estado. No debemos de caer en el abismo griego. Debemos mirar nuestros peligros en su espejo.
Emilio R. Bruce
Profesor
ebruce@larepublica.net
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