Grandes bancos arrastran problemas
| Martes 15 septiembre, 2009
Grandes bancos arrastran problemas
París -- El economista Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel, dijo que Estados Unidos no ha resuelto los problemas subyacentes de su sistema bancario tras la crisis del crédito y el colapso de Lehman Brothers Holding Inc.
“En Estados Unidos y muchos otros países, los bancos demasiado grandes para dejarlos fracasar se han vuelto todavía más grandes”, dijo ayer Stiglitz en una entrevista en París. “Los problemas son peores que antes de la crisis en 2007”.
Las opiniones de Stiglitz son similares a las del ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Paul Volcker, que ha recomendado al Gobierno del presidente Barack Obama reducir el tamaño de los bancos, y a las del ex gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, que el mes pasado sugirió que los Gobiernos desalienten a las entidades financieras de crecer “excesivamente”.
Al año de que la caída de Lehman obligó al Departamento del Tesoro de Estados Unidos a gastar miles de millones en apuntalar el sistema financiero, los activos de Bank of America Corp. han crecido y Citigroup Inc. continúa intacto. En el Reino Unido, Lloyds Banking Group Plc, del cual el Gobierno posee el 43%, ha absorbido las actividades de HBOS Plc y en Francia BNP Paribas SA es ahora dueño de los activos bancarios en Bélgica y Luxemburgo de la aseguradora Fortis.
Si bien Obama quiere etiquetar a algunos bancos como “importantes para el sistema” y someterlos a una supervisión más estricta, su plan no los obligaría a contraerse o simplificar su estructura.
Stiglitz dijo que el Gobierno de Estados Unidos no se ha enfrentado con el sector financiero porque es algo políticamente difícil, y que espera que el Grupo de los 20 anime a Estados Unidos a tomar medidas más duras.
“No hemos hecho nada significativo hasta el momento, y los bancos están regresando a las andadas”, dijo Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia. “Los líderes del G-20 darán algunos pasos pequeños, dado el poder de los bancos”, y “cualquier avance es un paso en la dirección correcta”.
Los líderes del G-20 se reúnen el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh y considerarán maneras de mejorar la regulación de los mercados financieros y, en especial, cómo establecer límites más estrictos a la remuneración de los operadores del mercado. Por las presiones de Francia y Alemania, los ministros de Finanzas del G-20 llegaron a principios de mes a un acuerdo preliminar que incluyó propuestas para reducir los sobresueldos y hacer que la retribución esté más vinculada al desempeño a largo plazo.
“Es un escándalo”, especialmente “en Estados Unidos, en donde hemos inyectado tanto dinero en los bancos”, dijo Stiglitz. “El Gobierno parece muy renuente a hacer lo necesario. Sí, harán algo. La pregunta es si harán todo lo que se requiere”.
Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial y miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo que la economía mundial “aún no ha salido de lo peor” si bien ya no se encuentra al borde del precipicio como después de la caída de Lehman.
“Estamos entrando en un largo periodo de flaqueza económica, de problemas económicos”, dijo Stiglitz. Estados Unidos “crecerá, pero no lo suficiente para compensar el crecimiento demográfico”, dijo, y agregó que “si los trabajadores no tienen ingresos, es muy difícil ver cómo generará Estados Unidos la demanda que la economía mundial necesita”.
Stliglitz concedió la entrevista antes de presentar un informe al presidente francés Nicolas Sarkozy en que insta a los líderes mundiales a descartar la obsesión por el producto interno bruto a favor de indicadores más amplios de prosperidad.
“El PIB es utilizado cada vez más como indicador de bienestar social, y los cambios en la estructura de la economía y nuestra sociedad han hecho que sea un indicador cada vez más deficiente”, dijo Stiglitz.
Evaluar la contribución del Gobierno a la producción económica --que va del 39% en Estados Unidos al 48% en Francia-- es una de las limitaciones del modelo del PIB, así como la dificultad de calcular las mejoras en la calidad de productos como los automóviles en lugar de solo la cantidad, dijo Stiglitz.
Similarmente, el mayor endeudamiento de las familias podría hacer subir las estadísticas sobre producción, pese a que no equivalga a un incremento real en la riqueza, agregó.
Si bien Stiglitz no recomienda descartar el PIB por completo, quiere que los Gobiernos consideren esas cuestiones, junto con la sustentabilidad ambiental, al elaborar sus programas.
“La mayoría de los Gobiernos lo han convertido en un fetiche. El mensaje es alentar a los líderes políticos a evitar eso”.
París -- El economista Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel, dijo que Estados Unidos no ha resuelto los problemas subyacentes de su sistema bancario tras la crisis del crédito y el colapso de Lehman Brothers Holding Inc.
“En Estados Unidos y muchos otros países, los bancos demasiado grandes para dejarlos fracasar se han vuelto todavía más grandes”, dijo ayer Stiglitz en una entrevista en París. “Los problemas son peores que antes de la crisis en 2007”.
Las opiniones de Stiglitz son similares a las del ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Paul Volcker, que ha recomendado al Gobierno del presidente Barack Obama reducir el tamaño de los bancos, y a las del ex gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, que el mes pasado sugirió que los Gobiernos desalienten a las entidades financieras de crecer “excesivamente”.
Al año de que la caída de Lehman obligó al Departamento del Tesoro de Estados Unidos a gastar miles de millones en apuntalar el sistema financiero, los activos de Bank of America Corp. han crecido y Citigroup Inc. continúa intacto. En el Reino Unido, Lloyds Banking Group Plc, del cual el Gobierno posee el 43%, ha absorbido las actividades de HBOS Plc y en Francia BNP Paribas SA es ahora dueño de los activos bancarios en Bélgica y Luxemburgo de la aseguradora Fortis.
Si bien Obama quiere etiquetar a algunos bancos como “importantes para el sistema” y someterlos a una supervisión más estricta, su plan no los obligaría a contraerse o simplificar su estructura.
Stiglitz dijo que el Gobierno de Estados Unidos no se ha enfrentado con el sector financiero porque es algo políticamente difícil, y que espera que el Grupo de los 20 anime a Estados Unidos a tomar medidas más duras.
“No hemos hecho nada significativo hasta el momento, y los bancos están regresando a las andadas”, dijo Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia. “Los líderes del G-20 darán algunos pasos pequeños, dado el poder de los bancos”, y “cualquier avance es un paso en la dirección correcta”.
Los líderes del G-20 se reúnen el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh y considerarán maneras de mejorar la regulación de los mercados financieros y, en especial, cómo establecer límites más estrictos a la remuneración de los operadores del mercado. Por las presiones de Francia y Alemania, los ministros de Finanzas del G-20 llegaron a principios de mes a un acuerdo preliminar que incluyó propuestas para reducir los sobresueldos y hacer que la retribución esté más vinculada al desempeño a largo plazo.
“Es un escándalo”, especialmente “en Estados Unidos, en donde hemos inyectado tanto dinero en los bancos”, dijo Stiglitz. “El Gobierno parece muy renuente a hacer lo necesario. Sí, harán algo. La pregunta es si harán todo lo que se requiere”.
Stiglitz, ex economista jefe del Banco Mundial y miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo que la economía mundial “aún no ha salido de lo peor” si bien ya no se encuentra al borde del precipicio como después de la caída de Lehman.
“Estamos entrando en un largo periodo de flaqueza económica, de problemas económicos”, dijo Stiglitz. Estados Unidos “crecerá, pero no lo suficiente para compensar el crecimiento demográfico”, dijo, y agregó que “si los trabajadores no tienen ingresos, es muy difícil ver cómo generará Estados Unidos la demanda que la economía mundial necesita”.
Stliglitz concedió la entrevista antes de presentar un informe al presidente francés Nicolas Sarkozy en que insta a los líderes mundiales a descartar la obsesión por el producto interno bruto a favor de indicadores más amplios de prosperidad.
“El PIB es utilizado cada vez más como indicador de bienestar social, y los cambios en la estructura de la economía y nuestra sociedad han hecho que sea un indicador cada vez más deficiente”, dijo Stiglitz.
Evaluar la contribución del Gobierno a la producción económica --que va del 39% en Estados Unidos al 48% en Francia-- es una de las limitaciones del modelo del PIB, así como la dificultad de calcular las mejoras en la calidad de productos como los automóviles en lugar de solo la cantidad, dijo Stiglitz.
Similarmente, el mayor endeudamiento de las familias podría hacer subir las estadísticas sobre producción, pese a que no equivalga a un incremento real en la riqueza, agregó.
Si bien Stiglitz no recomienda descartar el PIB por completo, quiere que los Gobiernos consideren esas cuestiones, junto con la sustentabilidad ambiental, al elaborar sus programas.
“La mayoría de los Gobiernos lo han convertido en un fetiche. El mensaje es alentar a los líderes políticos a evitar eso”.