Gran labor de Oscar Arias

Ayer a últimas horas de la tarde, el presidente Oscar Arias leyó por televisión, ante la presencia de miembros del cuerpo diplomático, de las delegaciones hondureñas que representan al presidente Manuel Zelaya y al gobierno de facto de Roberto Micheletti, así como de la prensa nacional e internacional, una segunda propuesta como mediador en el conflicto hondureño, que llamó Acuerdo de San José. Las 72 horas más que pidió Oscar Arias para mediar, luego de que el fin de semana anterior su propuesta de siete puntos no fuera aceptada por Micheletti, es un loable esfuerzo del mandatario, que puso toda su capacidad y experiencia para intentar llegar a un acuerdo que restablezca el orden constitucional en Honduras, que evite situaciones de violencia, y que permita iniciar el camino hacia el respeto a la institucionalidad para un periodo de campaña política previo a la elección, en las urnas, de un nuevo gobierno en ese hermano país. Las palabras del Presidente denotaron su fuerte convicción de que la única vía hacia el progreso en América Latina y en particular en Centroamérica, es la del fortalecimiento y respeto de las instituciones democráticas y que para ello nuestros pueblos deben crecer cada día en el diálogo y en la resolución de cualquier conflicto por los mecanismos que las constituciones y esas instituciones prevén para ello. El actual Acuerdo de San José parte de los siete puntos de la propuesta hecha por Arias el fin de semana anterior, pero agrega otros aspectos que le dan mayor equilibrio y balance, haciendo a la vez concesiones a las partes en conflicto. El documento no fue firmado ayer, pero reina la esperanza de que pueda ser suscrito en los próximos días. Más allá de lo que ocurra, que esperamos sea finalmente un acuerdo que devuelva la calma, la paz, y la posibilidad de caminar por una ruta de progreso al pueblo hondureño, Costa Rica ha cumplido su misión y su Presidente ha demostrado una vez más su vocación por la paz y su capacidad para contribuir a la resolución de conflictos que puedan amenazar con alterarla. Ahora, la decisión queda en manos de los líderes hondureños.

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