Globalización y calentamiento
| Viernes 01 febrero, 2008
Globalización y calentamiento
La amenaza que representa el calentamiento del planeta es clara e inequívoca. Está claro que el aumento de concentraciones de los gases que producen el efecto invernadero, es la causa principal del calentamiento global y por tanto de los efectos devastadores que se desprenden de este: deshielo de los polos, elevación del nivel de los océanos, perturbaciones climáticas que producen inundaciones, huracanes, sequías, incendios, acidificación del océano y plagas.
Los primeros seis años del siglo XXI fueron los más calientes de los últimos 100 años, con las temperaturas más altas, y si la tendencia se mantiene hacia arriba, la “fiebre” del planeta traería graves consecuencias para la vida de las especies, incluyendo al ser humano.
Los síntomas del cambio climático son evidentes: el Artico se está calentando a un ritmo dos veces superior a la media mundial, los casquetes polares se derriten a una velocidad imprevista y las estaciones se prolongan más de lo debido.
Mientras esto sucede, algunos países miembros con economías industrializados (Estados Unidos, China, India) al final no ratificaron el Protocolo de Kioto, que tiene como objetivo principal reducir en un 5,2% las emisiones a la atmósfera de los seis gases que provocan el efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluocarbono, perfluorocarbono y hexafluorocarbono de azufre.
El cambio de siglo significa para el planeta Tierra la evolución desde una época de desarrollo humano, fundada sobre tendencias parciales y contradictorias de globalización, hacia una época de desarrollo globalizado en todos los aspectos: económico, político-militar, cultural, educativo, tecnológico, científico, comunicacional, alimentario y energético.
Esta globalización se presenta con los rasgos y principios de la ética capitalista, que subordina los valores intrínsecos de uso, de cualquier forma de energía, materia y espacio a valores mercantiles, e incide de forma progresiva y negativa sobre la biodiversidad.
No podemos dejar de señalar que es el capitalismo, en su desaforado afán de enriquecimiento individualista, el que ha introducido prácticas productivas, patrones de vida y de consumo, que han colocado en riesgo al planeta y por tanto produce un desarrollo insostenible para la vida misma.
Finalmente, el mundo atraviesa por un momento de singular preocupación, por lo que debemos replantearnos nuevos caminos, que nos lleven hacia la edificación de conceptos, prácticas y compromisos que modifiquen nuestro comportamiento con la naturaleza, estilo de vida, y patrones de consumo.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo Asociación Salvemos el Río Pacuare
Cédula 1-612-997
La amenaza que representa el calentamiento del planeta es clara e inequívoca. Está claro que el aumento de concentraciones de los gases que producen el efecto invernadero, es la causa principal del calentamiento global y por tanto de los efectos devastadores que se desprenden de este: deshielo de los polos, elevación del nivel de los océanos, perturbaciones climáticas que producen inundaciones, huracanes, sequías, incendios, acidificación del océano y plagas.
Los primeros seis años del siglo XXI fueron los más calientes de los últimos 100 años, con las temperaturas más altas, y si la tendencia se mantiene hacia arriba, la “fiebre” del planeta traería graves consecuencias para la vida de las especies, incluyendo al ser humano.
Los síntomas del cambio climático son evidentes: el Artico se está calentando a un ritmo dos veces superior a la media mundial, los casquetes polares se derriten a una velocidad imprevista y las estaciones se prolongan más de lo debido.
Mientras esto sucede, algunos países miembros con economías industrializados (Estados Unidos, China, India) al final no ratificaron el Protocolo de Kioto, que tiene como objetivo principal reducir en un 5,2% las emisiones a la atmósfera de los seis gases que provocan el efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluocarbono, perfluorocarbono y hexafluorocarbono de azufre.
El cambio de siglo significa para el planeta Tierra la evolución desde una época de desarrollo humano, fundada sobre tendencias parciales y contradictorias de globalización, hacia una época de desarrollo globalizado en todos los aspectos: económico, político-militar, cultural, educativo, tecnológico, científico, comunicacional, alimentario y energético.
Esta globalización se presenta con los rasgos y principios de la ética capitalista, que subordina los valores intrínsecos de uso, de cualquier forma de energía, materia y espacio a valores mercantiles, e incide de forma progresiva y negativa sobre la biodiversidad.
No podemos dejar de señalar que es el capitalismo, en su desaforado afán de enriquecimiento individualista, el que ha introducido prácticas productivas, patrones de vida y de consumo, que han colocado en riesgo al planeta y por tanto produce un desarrollo insostenible para la vida misma.
Finalmente, el mundo atraviesa por un momento de singular preocupación, por lo que debemos replantearnos nuevos caminos, que nos lleven hacia la edificación de conceptos, prácticas y compromisos que modifiquen nuestro comportamiento con la naturaleza, estilo de vida, y patrones de consumo.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo Asociación Salvemos el Río Pacuare
Cédula 1-612-997