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Gasto público

Carlos Camacho ccamacho@grupocamacho.com | Martes 29 mayo, 2018


Gasto público

Los señores diputados han condicionado la determinación del rumbo del proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, a que la Ministra de Hacienda haga una presentación concreta y exhaustiva de las formas en que se va a reducir el gasto público del Estado.

Esto parece completamente atinado dadas las condiciones de aumento que se pretenden establecer en la presión fiscal sobre los contribuyentes, ya que no es de recibo esto, sin un serio compromiso por la mejora sustancial de la calidad y reducción de la cantidad de gasto público. Esto es un tema de fondo país, que no podemos dejar de apoyar y considerar que nuestros representantes en el Congreso están haciendo lo que corresponde. A tal efecto solo considero oportuno que se exijan elementos novedosos y que salgan del esquema de la trampa falaz de que solo hay salida por los ingresos, pero los gastos no los podemos tocar.

Hemos de solicitar a los señores diputados ser celosos de que no se les siga engañando y por su intermedio a todos los costarricenses, con el tema de la inflexibilidad del gasto, lo que es cierto si no hay voluntad política de comerse el “costo —especialmente político— de hacer decisiones valientes”.

No sorprenderán los señores diputados a la Ministra de Hacienda con las siguientes preguntas, ya que ella posee la experiencia y conocimiento, habiendo tenido bajo su cargo la condición de contralora general de la República: ¿Cuánto nos cuestan los gastos fijos que manda la Constitución y los usos específicos de los impuestos? Una regla fiscal seria, debería ir a la Constitución Política a indicar que dichos mandatos se cumplirán en la medida proporcional en la que su ejecución ponga en riesgo la estabilidad económica del país. Una concreción de cómo determinar la condición de riesgo de la estabilidad económica del país es que el porcentaje el monto del déficit fiscal no sobrepase el porcentaje del crecimiento anual del año anterior del producto interno bruto, por ejemplo.

Tampoco tomarán por sorpresa a la Ministra de Hacienda los diputados, si le preguntan y exigen que indique el costo de las instituciones redundantes de los diversos sectores. Sabemos que para sectores como vulnerabilidad social, salud, agricultura, energía, ambiente, seguridad y una larga lista de etcéteras, hay diversidad de instituciones no solamente redundantes sino completamente desconectadas las unas de las otras, aspecto que debe cambiar para modernizar la calidad del gasto publico y lograr su racionalización, no es cierto que sea legalmente imposible reducir plazas del sector público, bajo esa mentira venimos administrando un problema endémico con sembrados en la zona del problema que impiden su solución efectiva. Lo que si es cierto es que hay que comerse el costo político de hacerlo, pero si las finanzas de todos están sufriendo, ¿por qué las de algunos deben ser protegidas? Es cierto a la vez que esto implica un costo, que hay que indemnizar pero eso es más barato que mantener el problema y perpetuarlo, no tengan miedo de proponerlo, señores diputados, si para lo que le pidieron la comparecencia de la Ministra de Hacienda lo es un interés legítimo y serio de conocer compromisos ejecutivos en la contención del gasto, los costarricenses esperamos que esta sea la rectitud de intención con que han hecho su condicionamiento y no una mera apariencia para ganar un tiempo con el que no contamos como país.

En otra línea a veces oculta de la discusión del gasto por falta de transparencia en la rendición de cuentas del Estado, no conocemos cuánto nos cuestan y quiénes se benefician de las exenciones impositivas. Reza nuestra Constitución Política que todos tenemos el deber de contribuir a las cargas públicas del Estado. Sin embargo, hay quienes no lo hacen de manera completamente lícita vía normas legales. Es momento que le pidan cuentas a la Ministra de Hacienda sobre el dato de quiénes, de manera pormenorizada, por cuánto tiempo y por qué motivos gozan actualmente de exenciones en los impuestos directos, en los indirectos y en los específicos. La gran ventaja es que esta señora Ministra conoce las cifras, los sectores, los plazos por los que unos —por cierto, no pocos, ni pequeños, ni pobrecitos— gozan y seguirán gozando de exenciones que hacen que ese deber constitucional de contribuir se vea quebrantado con demérito del principio de igualdad ante la Constitución y las leyes y las normas de justicia, solidaridad, progresividad, así como muchos otros elementos de naturaleza constitucional que deben ser atendidos. Que nos indique por su intermedio, señores diputados, la señora Ministra, del 7% de déficit fiscal creciente, cuántos puntos porcentuales aporta al problema cada sector y naturaleza de exención, para que discutamos objetivamente si estamos o no de acuerdo en que algunos no contribuyan mientras todos necesitamos y demandamos resolver el problema del país.

No teman los señores diputados de pedir estas cuentas, a la vez exijan que las mismas sean reveladas anualmente por sectores, por montos y por categoría de impuesto exento, para que como sociedad hagamos o no el consentimiento periódico, no perpetuo de las condiciones bajo las que las exenciones deben ser otorgadas y no mantenidas, las exenciones son un gasto público, deben ser objeto de discusión del derecho presupuestario y no barreras que impidan de manera sistemática la sana gestión de las finanzas públicas. Que nos expliquen en cabeza de ustedes, señores diputados, al pueblo de Costa Rica, por qué hay categorías de ciudadanos distintas, aunque hagamos actividades iguales y unos paguemos impuestos y otros gocen de manera perpetua de exenciones. Es fundamental que la discusión de este tema sea abierta, sin tabúes, sin temores, sin terrorismos ideológicos, simplemente que nos expliquen cuánto nos cuestan desde la óptica del gasto publico esas exenciones y podamos entonces decidir si las mantenemos total o parcialmente, por siempre, por un plazo, para el apoyo al cumplimiento de un fin en el tiempo, o si por el contrario decidimos como sociedad de una manera abierta, pública y transparente, que lo que lo que no paguen esos sujetos del sistema, lo asumimos los mismos que hemos cargado y se pretende que sigamos cargando, con las responsabilidades solidarias de contribuir a las cargas publicas del Estado conforme nuestra capacidad contributiva.

Estoy consciente, señores diputados, de que ustedes representan a los costarricenses y que algunos tienen vínculos con los sectores, personas, entidades y organizaciones que hoy se benefician de las exenciones y que esto puede condicionar de forma naturalmente humana que requiere, el abordaje valiente de tan sensible tema; pero no puedo omitir recordarles que ustedes también representan a los que somos contribuyentes que cumplimos con esta obligación de contribuir, que elegimos usar figuras jurídicas, transparencia de negocios y gestiones razonables de nuestra participación en la generación de la riqueza y el empleo para que nos digan por qué debemos seguir contribuyendo sin que los exentos lo hagan.

También es importante que los diputados recuerden que no tomarán por sorpresa la Ministra de Hacienda en este tema, ¿será que teniendo todo esto claro podemos lograr un pacto de reparto más equitativo de las cargas, o que tendremos la poca monta de decirles a los contribuyentes y consumidores, que les toca seguir pagando lo que grandes conglomerados económicos están dejando de pagar?

Pactemos que exenciones de impuestos directos, renta en concreto, así como de impuestos indirectos deben mantenerse, por qué motivo, por cuánto tiempo, bajo qué circunstancias, digámosle al costarricense cuanto le cuesta esto a él en términos de impuestos incrementales, digámosles a los desempleados que ya superan el 10% de la población económicamente activa, que no se angustien, que pronto tendrán mas compañeros en las filas, si seguimos desmantelando empresas resultado de la falta de trasparencia en la atención de estos temas.

Aplaudo desde ya, la valentía de enfrentar estos asuntos, tienen los diputados mañana 30 de mayo de 2018, una oportunidad singular de aprovechar tener un perfil singular de Ministra de Hacienda, que no puede alegar ignorancia pues no la tiene, que cuenta con la ventaja singular de haber denunciado muchos de estos aspectos de forma obviamente institucional desde la función contralora del Estado, aprovechemos esta singular ventaja de ser equitativos, francos, inteligentes e innovadores en el abordaje del gasto público, no se vale que haya sembrados temas intocables, por que eso seria perpetuar el problema, por lo que sería macabramente inaceptable la creación de nuevos tributos.

Ninguno, ningún tributo debe cambiar, si no hay una seria y profunda discusión y solución, no se trata solo de hablarlo, se trata de hacerlo, que se erradiquen elementos nocivos con los que venimos conviviendo pacíficamente y que es fundamental replantear. La consigna de este enfoque es o todos o ninguno, el principio de igualdad constitucionalmente entendido así nos lo exige, estamos en el momento correcto para hacerlo.

ccamacho@grupocamacho.com

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