Faltó preparación para la apertura
Entramos a la competencia global sin haber sido adecuadamente informados, educados ni preparados para sacar provecho de ella
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 03 noviembre, 2009
Productos provenientes de diversos mercados, muchos de ellos asiáticos, que incumplen las normas de etiquetado vigentes o no cuentan con registro sanitario, fueron encontrados en algunos establecimientos en San José y Limón, según informa hoy este medio. El estudio que reveló esta situación fue realizado por los ministerios de Economía, Industria y Comercio y de Salud. En el caso de que los comercios en cuestión reincidan en esta práctica podrían ser cerrados. Este es un problema importante puesto que está en juego la salud de la población. Por otra parte, no es algo inesperado sino que, por el contrario, se sabía que podía ocurrir. La apertura comercial y la firma de tratados de libre comercio con diferentes mercados es una política de gobierno que debió ir acompañada de múltiples acciones preparatorias en lo interno, de modo que el país como un todo y los costarricenses en particular estuvieran debidamente preparados para sacar provecho de las nuevas oportunidades que la apertura traería, en vez de tener tropiezos o verse en desventaja respecto de la competencia. El ejemplo que hoy nos ocupa tiene que ver con el ingreso de productos burlando la normativa. Estos no debieron llegar a los sitios donde se expenden a los consumidores. Controles previos deberían evitar que esto suceda. Por otra parte, también las personas deberían haber recibido educación para modificar su cultura y saber que no deben adquirirse bienes en estas condiciones. No obstante ni lo uno ni lo otro se dio. Pero no solo en este sentido careció el país de una política adecuada para prepararnos para la apertura. En otros renglones de la vida nacional tampoco hubo preparación. Entramos a la competencia global sin haber sido capacitados e informados suficientemente sobre lo que el proceso significaba. Diversos sectores de la economía se enfrentan hoy a innumerables problemas precisamente porque no pasaron por una etapa de adecuación de la producción a las nuevas reglas del juego internacionales. Aunque algunos hayan podido prepararse individualmente para enfrentar el cambio, una mayoría, en general, careció de una política nacional prevista para ayudarles a dar los pasos necesarios. La tarea no es pequeña, pero su tamaño corresponde justamente con la dimensión de nuestras ambiciones cuando se decidió la política de apertura.