Europa respira aliviada
| Sábado 20 octubre, 2007
Europa respira aliviada
Acuerdo por el fin a la crisis institucional
Lisboa
EFE
La cumbre europea que aprobó el nuevo Tratado de la Unión concluyó el viernes con muestras de alivio y optimismo generalizado entre los lideres de los 27 por el fin de una crisis institucional que ha durado más de dos años.
En las ruedas de prensa que dieron hoy muchos de los gobernantes europeos para comentar los resultados de la reunión hubo una coincidencia general en saludar la aprobación del Tratado, tanto por su contenido como por que permite por fin enfocar los esfuerzos comunitarios a los retos internacionales y domésticos de la UE.
De hecho, la segunda jornada de la cumbre, tras la aprobación del texto institucional la noche del jueves, se centró ya en debatir asuntos ajenos a las propias estructuras de la Unión, como la globalización, la situación de los mercados financieros, el medio ambiente y las cuestiones sociales.
José Sócrates, primer ministro luso, y José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, opinaron que el Tratado abre una nueva era en la Unión y la refuerza ante las exigencias de la globalización.
Durao Barroso anunció que la Comisión coordinará con los Estados miembros acciones para explicar a los ciudadanos el contenido del documento con vistas a los procesos de ratificación, aunque no entrará en los debates nacionales que pueda suscitar la cuestión.
Gordon Brown, primer ministro británico, aseguró que en su país se ratificará en el Parlamento y no será preciso un referéndum porque el texto no ha cruzado ninguna de las “líneas rojas” que se impuso y subrayó que Londres no apoyará más modificaciones institucionales en un plazo de “muchos años”.
Nicolás Sarkozy, presidente francés, rechazó también la posibilidad de un referéndum e insistió en mantener su palabra de seguir un proceso de ratificación parlamentaria.
Sarkozy recordó que fue Francia la que “bloqueó” la Constitución Europea con el resultado negativo de la consulta popular de mayo de 2005 -seguida después por otro “no” en Holanda- e insistió en que ahora debe estar “entre los primeros” en ratificar el texto.
Acuerdo por el fin a la crisis institucional
Lisboa
EFE
La cumbre europea que aprobó el nuevo Tratado de la Unión concluyó el viernes con muestras de alivio y optimismo generalizado entre los lideres de los 27 por el fin de una crisis institucional que ha durado más de dos años.
En las ruedas de prensa que dieron hoy muchos de los gobernantes europeos para comentar los resultados de la reunión hubo una coincidencia general en saludar la aprobación del Tratado, tanto por su contenido como por que permite por fin enfocar los esfuerzos comunitarios a los retos internacionales y domésticos de la UE.
De hecho, la segunda jornada de la cumbre, tras la aprobación del texto institucional la noche del jueves, se centró ya en debatir asuntos ajenos a las propias estructuras de la Unión, como la globalización, la situación de los mercados financieros, el medio ambiente y las cuestiones sociales.
José Sócrates, primer ministro luso, y José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, opinaron que el Tratado abre una nueva era en la Unión y la refuerza ante las exigencias de la globalización.
Durao Barroso anunció que la Comisión coordinará con los Estados miembros acciones para explicar a los ciudadanos el contenido del documento con vistas a los procesos de ratificación, aunque no entrará en los debates nacionales que pueda suscitar la cuestión.
Gordon Brown, primer ministro británico, aseguró que en su país se ratificará en el Parlamento y no será preciso un referéndum porque el texto no ha cruzado ninguna de las “líneas rojas” que se impuso y subrayó que Londres no apoyará más modificaciones institucionales en un plazo de “muchos años”.
Nicolás Sarkozy, presidente francés, rechazó también la posibilidad de un referéndum e insistió en mantener su palabra de seguir un proceso de ratificación parlamentaria.
Sarkozy recordó que fue Francia la que “bloqueó” la Constitución Europea con el resultado negativo de la consulta popular de mayo de 2005 -seguida después por otro “no” en Holanda- e insistió en que ahora debe estar “entre los primeros” en ratificar el texto.