El envejecimiento poblacional demuestra que Costa Rica alcanza niveles sin precedente en la expectativa de vida, pero también representa un gran reto para la sociedad

¿Es necesario prepararse para la jubilación?

Estudios demográficos señalan que la población adulta mayor va en aumento; según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el porcentaje de la población total para los siguientes años fue: en 1960 un 3,5%, en 1985 un 4,6%, en 2008 alcanzó un 6,2% y para 2035 se estima que llegará al 15,9%.

El envejecimiento poblacional demuestra que Costa Rica alcanza niveles sin precedente en la expectativa de vida, pero también representa un gran reto para la sociedad, pues implica tener que ajustar y fortalecer las estructuras sociales, económicas, políticas, culturales, familiares y comunitarias; no solo por la numerabilidad sino porque hay que reconocer que no siempre se envejece en las mejores condiciones.

En el plano laboral uno de los cambios que tiene gran trascendencia es la jubilación o cese del trabajo. Por ello, es importante replantear nuevas metas y contar con un proyecto de vida que incluya la utilización del tiempo libre mediante la participación social, la integración a actividades alternativas que llenen el espacio que antes ocupaba la vida laboral.

Sobre esta temática estudiantes de Psicología Organizacional de la Universidad Americana (UAM), desarrollaron una investigación en el tercer cuatrimestre de 2015, con el fin de conocer la perspectiva sobre la prejubilación, aplicando 248 encuestas, a 108 mujeres y 140 hombres entre los 55 y 65 años de diferentes sectores laborales según el MEIC.

El 63% de entrevistados tiene domicilio en San José y el 66% labora para el sector privado, lo cual reviste importancia, por ser este el sector en el que menos programas existen para preparar a sus empleados para esta importante etapa de la vida.

Sobre la interrogante acerca de si tiene deudas importantes que seguir pagando después de jubilado el 65% respondió, que no tiene, lo cual es favorable.

No obstante este dato, nos dice que un 35%, es decir que 87 personas tienen deudas pendientes, en un periodo de su vida en el que su ingreso va a bajar y según los relatos son deudas adquiridas para solventar problemas económicos de sus descendientes.

Para conocer si estos encuestados deben seguir laboralmente activos después de la jubilación se les consulto: ¿Deberá seguir trabajando aun después de jubilado/a?, a lo que un 62% respondió que no y un 37% que sí. Este dato va de la mano con el anterior, pues aquellos que deben seguir trabajando aún después de jubilados son aquellos que necesitan un ingreso adicional para poder atender sus deudas.

De los entrevistados, un 78% respondió que no ha recibido capacitación por parte de sus patronos sobre el tema de la jubilación.

El 73% de los participantes respondió tener planes para desarrollar en su periodo de jubilación, indicando entre sus actividades viajar, actividades sociales, ejercitarse físicamente, dedicarse a un negocio propio y realizar voluntariado. Cabe preguntarse qué pasa con el 27% restante que no tiene idea de qué hacer con ese tiempo que por primera vez es suyo y no es determinado desde fuera.

De estos datos podemos rescatar la importancia de la capacitación en el tema, la responsabilidad de la sociedad por aplicar los cambios en la estructura de bienestar social, de las organizaciones por brindarles este conocimiento a sus colaboradores, la participación de los interesados en la definición y políticas en el desarrollo de programas.

Johana Avendaño
Carrera de Psicología Organizacional UAM