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Energía como estrategia fiscal (II)

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 13 octubre, 2014


A pesar de que existe una solución energética potencial de gran contribución fiscal… esta no se implementa


Energía como estrategia fiscal (II)

Noruega y Costa Rica, con una población muy similar, tienen políticas energéticas muy diferentes que generan desempeños fiscales, económicos, sociales y ambientales muy diferentes.
En Noruega, la política energética es multipropósito (económica, social, ambiental y fiscal) y beneficia a toda la sociedad mediante el desarrollo sostenible de sus dos principales recursos naturales (gas natural y petróleo) que  generan, entre otras cosas, importantes ingresos fiscales. 
Primero se satisfacen todas las necesidades anuales de los presupuestos del Gobierno nacional y de los Gobiernos locales. Segundo, se asegura la disponibilidad futura de los ingresos fiscales del Estado a través un Fondo.
Con respecto al presupuesto, Noruega reportó en 2013 un superávit del 11,10% con respecto al PIB  y el Estado pudo satisfacer todas las necesidades de la población (económicas, sociales, ambientales y fiscales), incluyendo hospitales, escuelas, colegios, universidades, carreteras, trenes, metros y fondos de pensiones.
Con respecto al Fondo, cuyo objetivo es beneficiar a las actuales y las futuras generaciones, este se nutre de los excedentes fiscales propiedad del Ministerio de Hacienda, el cual crece día a día y las inversiones que se realizan generan un importante ingreso adicional.
Este Fondo, el más grande del mundo ($973 mil millones ), está diseñado para dar seguridad, flexibilidad y prosperidad a los noruegos en el futuro. 
La gestión del Fondo la realiza el Norges Bank Investment Management (NBIM), una subsidiaria de propiedad total del Banco Central de Noruega (Norges Bank), en nombre del Ministerio de Hacienda, que es el propietario. 
En Costa Rica no vemos el caso de Noruega ni otros similares por tener dogmas sin sustento técnico y en 2013 tuvimos un déficit fiscal del 5,4% . El presupuesto presentado por el Gobierno para 2015 tiene un déficit proyectado del 6,7% del PIB y los recortes que podrían darse a duras penas van a reducir el déficit a alrededor del 6%.  Esto hace que el Estado sea incapaz de satisfacer todas las necesidades de la sociedad.
Y además, el 47% del presupuesto se financiaría con nueva deuda , que todos tendremos que pagar en el futuro, incluyendo las futuras generaciones. 
De no corregirse esta situación, el país puede enrumbarse hacia una situación caótica como la que ha venido viviendo Grecia desde hace varios años, con graves consecuencias para toda la sociedad y un empobrecimiento general.
A pesar de que existe una solución energética potencial de gran contribución fiscal y que existe una ley que la promueve y la autoriza (como en Noruega), esta no se implementa y se prefiere que la población sufra las funestas consecuencias del alto déficit fiscal y del creciente endeudamiento.
Adicionalmente, pagamos importantes recursos fiscales a los países productores de petróleo por las masivas importaciones de derivados que realizamos, en lugar de pagarlos aquí, mientras que la energía primaria producida en el país, cara e insuficiente, tiene una contribución fiscal muy baja.

Roberto Dobles
 

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