El momento de la paz
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 28 noviembre, 2007
“Ha llegado el momento”, las palabras del primer ministro israelí, Ehud Olmert, en la inauguración de la Conferencia de Paz de Annapolis bien podrían resumir la voluntad del mundo entero para el futuro de las relaciones entre israelíes y palestinos.
Los mismos gobernantes parecen haber entendido que el diálogo y la conciliación son las únicas respuestas que sus habitantes quieren conocer para poner fin a un conflicto que solo ha dejado dolor y muerte a inocentes.
Tras siete años de lamentables desencuentros, israelíes y palestinos se comprometieron ayer a reanudar las negociaciones que conduzcan al establecimiento de un Estado palestino que conviva con el israelí.
Tanto el primer ministro Olmert como el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, acordaron reanudar las conversaciones el próximo 12 de diciembre y celebrar reuniones quincenales que les permitan llegar a un acuerdo antes de que termine 2008.
Ambos con discursos maduros y optimistas sellaron la reactivación de un proceso que se había estancado en el año 2000 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, intentó mediar en el proceso.
Hoy es el mandatario George Bush quien, posiblemente con el fin de saldar deudas con los capítulos de paz en la historia, ha sido insistente en sus intenciones de alcanzar la paz en Oriente Medio antes de dejar el cargo.
Y es que en las últimas semanas Estados Unidos intensificó toda la presión de la que es capaz la primera potencia del mundo para lograr un acercamiento entre las dos partes.
Al fin y al cabo fue el propio Bush quien ayer quiso darse los honores de anunciarle al mundo la noticia de haber conseguido un acuerdo histórico más pronto de lo previsto.
Una declaración conjunta que contiene compromisos referentes a “poner fin al derramamiento de sangre” y propagar la “cultura de la paz y la no violencia” que sin lugar a dudas se constituye en una esperanza para todo el mundo.
Hoy celebramos la actitud valiente de combatir el odio con diálogo y abogamos por que esta sea la fórmula con la que se sigan enfrentando los conflictos en todas las latitudes.