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El flagelo de la corrupción

| Viernes 26 agosto, 2016


La causa inevitable de la corrupción es la conducta deshonesta del funcionario público, porque el individuo decide realizar la acción corrupta

El flagelo de la corrupción

Lic. Bernal Monge Pacheco
Consultor

La corrupción es un mal que afecta a todos los países. Es de reconocer que el gobierno actual ha realizado acciones importantes para combatirla. Existen distintos tipos de corrupción como la política, la cual se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima. El término opuesto a corrupción política es la transparencia. Es importante recordar que corrupción no solo es malversación de fondos públicos, sino que también es cuando se toman decisiones para favorecer a ciertos sectores o personas, o se utilizan los puestos públicos para servirse o para beneficios personales y no a servir al pueblo. También es corrupción cuando se paga dinero para aligerar trámites o se da el tráfico de influencias.
Se concibe la corrupción como un mal, ya que es una serie de actos indebidos por parte de ciertas personas quienes obtienen un beneficio adicional que es ilegal e ilegítimo. Se debe impedir la corrupción y evitar que los individuos que ocupan cargos públicos realicen actos indebidos, lo que nos conduce a señalar que la causa inevitable de la corrupción es la conducta deshonesta del funcionario público, porque el individuo decide realizar la acción corrupta. En él estará la decisión de actuar bien o mal, esto podría lograrse mediante capacitación, la sensibilización, el desarrollo de la conciencia, es decir si actúa éticamente y se rige por principios y valores que propicien la honestidad, transparencia e integridad. La ética pública es un elemento importante para hacer contrapeso a la corrupción, al considerar un conjunto de principios y valores y así fortalecer por un lado a las instituciones públicas y por otro a los servidores públicos, entendiendo como tales a aquellas personas que ocupan un cargo público y sirven al Estado, es decir políticos y funcionarios. La vida cotidiana debería ser un espacio ético y lo sería más, si actuamos preocupados por las consecuencias de nuestras acciones en los demás. La ética no debe ser la panacea a los problemas que enfrenta la administración pública, ni para acabar con la corrupción, sino un instrumento más que ayude a combatirla. Es pertinente en vista de los acontecimientos que constantemente se dan sobre corrupción, plantear algunas consideraciones sobre las posibles causas que han originado los reiterados hechos de corrupción tanto en el sector público como en el sector privado. Un elemento sustancial se refiere a la pérdida de valores que de manera constante se ha venido dando en nuestro país, donde en épocas anteriores valores como la honestidad, integridad y respeto a los demás, eran el norte que guiaba el accionar de los costarricense. Es fundamental para combatir la corrupción el que existan funcionarios comprometidos con el país, que actúen con principios éticos y morales. Es de recordar siempre la actuación honesta y transparente que tuvieron el presidente don Francisco Orlich, y el Ing. don José Manuel Dengo ex vicepresidente, que sean un norte a seguir en nuestro actuar diario. Se debe dar un cambio sustancial en la cultura para que la transparencia y la rendición de cuentas sean parte del quehacer de los costarricenses, con una actitud proactiva que permita un actuar regido por principios éticos y morales. Es el momento para que los costarricenses sensatos y honestos, realicen una acción decidida y frontal por el rescate de los valores.






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