El escabroso camino a la verdadera seguridad ciudadana
| Jueves 04 marzo, 2010
El escabroso camino a la verdadera seguridad ciudadana
Experimentamos una sensación de frustración e indefensión ante tanta delincuencia que nos hace perder la vida tranquila y feliz, como deberíamos poseer todos los ciudadanos sin comparar a ningún otro país, pues la verdad estamos mal.
Voluntad para terminar con este flagelo de inseguridad ciudadana, hay mucha. La policía hace mucho esfuerzo sin lograr efectividad en todo el país. Las mujeres están indefensas de tanto machismo incontrolado. Pero lo que no hay mucho, es el valor de hacer cumplir las leyes drásticamente para con los delincuentes que siguen robando, asesinando, estafando, varias veces durante su vida, sean encarcelados lo suficiente para que puedan escarmentar y pagar sus fechorías.
El Poder Judicial, que es parte del problema y no de la solución, es incompetente y alcahueta con la administración de justicia. Solo leer y ver en los medios de comunicación las debilidades de algunos jueces en dejar libres a varios delincuentes, que han sido trasladados a los tribunales de justicia en muchas ocasiones, por el esfuerzo realizado por una policía valiente y comprometida.
Esa policía se frustra de ver a esos mismos delincuentes libres al poco rato, burlándose de ella. Es verdad que deben aprobarse leyes con penas más fuertes y mejor elaboradas, pero si no se aplican con rigor seguiremos teniendo las mismas alcahueterías de siempre.
Enfermos drogadictos y alcohólicos deambulan por nuestras ciudades sin que las autoridades correspondientes solucionen el bochornoso espectáculo. Todas las instituciones y dependencias del Gobierno se echan la culpa, el Pani también. La respuesta que recibimos los ciudadanos, se resume en decir: “sí, es un problema”.
La población de Costa Rica está cansada, está hastiada de tanta incompetencia. Este servidor le ha solicitado la renuncia, personalmente, al Presidente del Poder Judicial, sin tener absolutamente ningún asunto de índole personal con su persona, simplemente, por ser el responsable del Tercer Poder de la República y el menos eficaz en solucionar la inseguridad de nuestro país.
Escabroso camino nos espera para lograr la seguridad ciudadana que tenemos que enfrentar todos los costarricenses para no ver a la justicia tan ciega. Queremos ver a la justicia con los ojos abiertos a la justicia, para que de una vez por todas, malhechores y delincuentes sientan en carne propia el verdadero peso de la ley, que es una condena que los separaría lo suficiente de la sociedad para lograr su propio escarmiento y su retorno a integrarse a la misma, correctamente. Pero antes, debemos separar del Poder Judicial, personas que creen que las penas de cárcel para los delincuentes, no son la solución.
Corresponderá, como cada cuatro años lo repetimos, al próximo Poder Ejecutivo y Poder Legislativo enfrentar estos flagelos en la sociedad costarricense y esperar a que el Poder Judicial se dé cuenta de que no está haciendo mucho por solucionar el problema. Los costarricenses no votamos directamente por el presidente y sus magistrados, esto es responsabilidad de la Asamblea Legislativa, que tiene muchos intereses políticos.
No olvidemos las interminables filas para solicitar la licencia de armas de fuego, que actualmente se forman en la oficina correspondiente del Ministerio de Seguridad Pública y que es prueba de la inseguridad que existe. Los costarricenses tenemos el derecho a defendernos, defender a nuestra familia y nuestro patrimonio.
El Gobierno en pleno está notificado.
Antonio López Escarré
Empresario
Experimentamos una sensación de frustración e indefensión ante tanta delincuencia que nos hace perder la vida tranquila y feliz, como deberíamos poseer todos los ciudadanos sin comparar a ningún otro país, pues la verdad estamos mal.
Voluntad para terminar con este flagelo de inseguridad ciudadana, hay mucha. La policía hace mucho esfuerzo sin lograr efectividad en todo el país. Las mujeres están indefensas de tanto machismo incontrolado. Pero lo que no hay mucho, es el valor de hacer cumplir las leyes drásticamente para con los delincuentes que siguen robando, asesinando, estafando, varias veces durante su vida, sean encarcelados lo suficiente para que puedan escarmentar y pagar sus fechorías.
El Poder Judicial, que es parte del problema y no de la solución, es incompetente y alcahueta con la administración de justicia. Solo leer y ver en los medios de comunicación las debilidades de algunos jueces en dejar libres a varios delincuentes, que han sido trasladados a los tribunales de justicia en muchas ocasiones, por el esfuerzo realizado por una policía valiente y comprometida.
Esa policía se frustra de ver a esos mismos delincuentes libres al poco rato, burlándose de ella. Es verdad que deben aprobarse leyes con penas más fuertes y mejor elaboradas, pero si no se aplican con rigor seguiremos teniendo las mismas alcahueterías de siempre.
Enfermos drogadictos y alcohólicos deambulan por nuestras ciudades sin que las autoridades correspondientes solucionen el bochornoso espectáculo. Todas las instituciones y dependencias del Gobierno se echan la culpa, el Pani también. La respuesta que recibimos los ciudadanos, se resume en decir: “sí, es un problema”.
La población de Costa Rica está cansada, está hastiada de tanta incompetencia. Este servidor le ha solicitado la renuncia, personalmente, al Presidente del Poder Judicial, sin tener absolutamente ningún asunto de índole personal con su persona, simplemente, por ser el responsable del Tercer Poder de la República y el menos eficaz en solucionar la inseguridad de nuestro país.
Escabroso camino nos espera para lograr la seguridad ciudadana que tenemos que enfrentar todos los costarricenses para no ver a la justicia tan ciega. Queremos ver a la justicia con los ojos abiertos a la justicia, para que de una vez por todas, malhechores y delincuentes sientan en carne propia el verdadero peso de la ley, que es una condena que los separaría lo suficiente de la sociedad para lograr su propio escarmiento y su retorno a integrarse a la misma, correctamente. Pero antes, debemos separar del Poder Judicial, personas que creen que las penas de cárcel para los delincuentes, no son la solución.
Corresponderá, como cada cuatro años lo repetimos, al próximo Poder Ejecutivo y Poder Legislativo enfrentar estos flagelos en la sociedad costarricense y esperar a que el Poder Judicial se dé cuenta de que no está haciendo mucho por solucionar el problema. Los costarricenses no votamos directamente por el presidente y sus magistrados, esto es responsabilidad de la Asamblea Legislativa, que tiene muchos intereses políticos.
No olvidemos las interminables filas para solicitar la licencia de armas de fuego, que actualmente se forman en la oficina correspondiente del Ministerio de Seguridad Pública y que es prueba de la inseguridad que existe. Los costarricenses tenemos el derecho a defendernos, defender a nuestra familia y nuestro patrimonio.
El Gobierno en pleno está notificado.
Antonio López Escarré
Empresario