CULTURA

El corazón profundo de América

El escultor Jorge Jiménez Deredia habló con Magazine sobre su gigantesco proyecto para encontrar las más hondas raíces de América

Hemos conservado en el corazón, como pueblo, nuestra identidad, y por eso somos como somos, pero nos hace falta un puente que una el corazón con la cabeza para que seamos capaces de comprenderlo racionalmente. Solo así podremos insertarnos en la globalización adecuadamente, seguros de lo que queremos.
Esto es lo que cree Jiménez Deredia y por eso concibió un gigantesco proyecto que hoy se encuentra en la segunda de sus cuatro etapas: “La ruta de la paz – Un proyecto ecohistórico”. Algo que “no es una utopía sino una idea de paz practicable que se amolda con la paz de los demás: la paz interior”.
Se trata de ahondar en la historia profunda de algunos países de América y tomar sus principales símbolos, que les servían para entenderse. Al comprenderlos, al decodificarlos, podremos saber de dónde venimos, renovar esos símbolos mediante obras contemporáneas y entrar bien en la globalización.
“Esto debemos hacerlo para no perdernos porque hoy estamos importando símbolos que no nos pertenecen y cuando eso pasa los pueblos se enferman”, dice el artista.
La ruta de la paz es un proyecto ecohistórico, arquitectónico, escultórico. Se trata de la creación de nueve espacios muy ambiciosos que serán construidos en Canadá, Estados Unidos, México, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile y Argentina y que cuentan ya con el apoyo tanto de las instituciones oficiales como del sector privado.
Por otra parte, el libro “La ruta de la paz”, nació a raíz de la tesis hecha por la italiana Sonia Gomiero, en la Universidad de Pisa, Italia, sobre el proyecto de Deredia, un trabajo que interesó tanto a ese centro de estudios que decidió ampliarlo hasta convertirlo en un texto de estudio que, traducido a varios idiomas, está ya en Costa Rica, distribuido y a la venta por Librerías Internacional.

Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net