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COLUMNISTAS


El Premio Nacional de Bibliotecología Efraín Rojas

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 22 enero, 2020


La bibliotecología en Costa Rica es una profesión relativamente reciente, como carrera profesional, no como práctica laboral. Como práctica laboral desde que se desarrollaron las Bibliotecas en Costa Rica, en la Universidad de Santo Tomás, en los colegios que las iban creando, y en algunas escuelas de pueblos, como me consta, porque las he visto, en la Biblioteca Nacional cuando se creó a finales del siglo XIX, en las instituciones públicas que iban desarrollando archivos y bibliotecas.

A mediados del siglo pasado se empezó a capacitar profesionalmente a bibliotecarios, en cursos centroamericanos e internacionales, cuyo primer paso corporativo fue fundar la Asociación de Bibliotecarios Costarricenses, que reunió justamente a quienes estaban a cargo de estas tareas, sin formación profesional, por su práctica desarrollada y reconocida.

Por iniciativa de esta Asociación y sus agremiadas, en 1973, se presentó a la Asamblea Legislativa el Proyecto de Ley para constituir el Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica, obstaculizado en su aprobación al inicio por la poca cantidad de bibliotecarios que había, lo que se resolvió, reconociendo a todos aquellos que en los diez años anteriores se habían desempeñado en el campo de la bibliotecología. Algo parecido sucedió con el Colegio de Periodistas al principio, que también reconoció la práctica profesional de quienes se desempeñaban como periodistas en los diferentes medios.

El 30 de abril de 1974, después de un tortuoso camino, hasta la Corte Suprema de Justicia, la Ley fue resellada, aprobándose la creación del Colegio de Bibliotecarios, con gran apoyo del diputado Luis Alberto Monge Alvarez. Allí inició su desarrollo.

En 1982 la Asociación de Bibliotecarios Costarricenses acordó disolverse e integrarse en el Colegio de Bibliotecarios, para evitar la duplicidad de funciones que realizaban. Contribuyó en este sentido que a nivel universitario se impulsaba la preparación profesional de Bibliotecarios, labor a cargo, primero de las Universidades públicas, la de Costa Rica, la Nacional y la Estatal a Distancia, y luego las privadas que han impulsado los estudios de Bibliotecología, así como también los de Archivología.

El Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica, surgió como una corporación profesional de interés público, creado por la Ley Nº 5402 del 21 de mayo de 1974. En el año 2013, el 19 de julio, se transformó en Colegio de Profesionales en Bibliotecología de Costa Rica, por la Ley 9148, que reformaba la Ley 5402.

Como parte de sus actividades el Colegio de Bibliotecarios de Costa Rica ha establecido el Premio Nacional en Bibliotecología Prof. Efraín Rojas, uno de sus principales promotores y distinguidos Bibliotecarios.

Desde 1999 se ha venido otorgando este Premio y reconociendo así la labor destacada del Bibliotecario del año. En varias ocasiones ha sido declarado desierto, 1999, 2003, 2008, 2011, 2013, y 2018.

Los distinguidos Bibliotecarios que han recibido este Reconocimiento han sido:

Nelly Koopper Dodero, 2000,

María Lourdes Flores de la Fuente, 2001,

Sandra Alpizar Moya, 2002,

Marco Antonio Quirós Abarca, 2004,

María Julia Vargas Bolaños, 2005,

María Eugenia Valerio Miranda, 2006,

Alice Miranda Arguedas, 2007,

Álvaro Pérez Guzmán, 2009,

Saray Córdoba González, 2010,

Magda Cecilia Sandí Sandí, 2012,

Ruth González Arrieta, 2014,

Aracelly Ugalde Viquez, 2015,

Xinia Rojas González, 2016,

Lovania Garmendia Bonilla, 2017 y,

Ana Lorena Sánchez Ulate, 2019.

El colegio ha establecido otros reconocimientos profesionales, el Premio Proyecto Innovador y el Premio Miembro Honorario, que se han dado en pocas ocasiones.

El Premio Nacional en Bibliotecología 2020 no ha sido adjudicado y reconocido, pero hay una excelente funcionaria pública, Bibliotecaria de formación, cuya labor es amplia y públicamente reconocida, por el importante nivel que ha logrado alcanzar con Biblioteca Nacional, a su cargo, con la proyección de esta Institución, que es su Directora Laura Rodríguez Amador, a quien me atrevo postular públicamente.

La modernización y la proyección universal e internacional que le ha logrado, la visitación de casi cinco millones de personas de 157 países y de casi nueve millones que vinculan a su Portal, es una muestra de lo que ha hecho la Directora Laura Rodríguez, que reúne estudios especializados en Bibliotecología, de la Universidad de Costa Rica y de Maestría en la Universidad Carlos III de Madrid, España, y de Ciencias de la Información en la Universidad de Costa Rica, el Instituto Tecnológico de Costa Rica y de la Universidad de Calgary. Esto le ha permitido unir sus conocimientos a la época electrónica e informática que vivimos con gran familiaridad, conocimiento, destreza, acierto y enorme esfuerzo institucional, pero lo ha hecho con éxito por su buen desempeño y por la gran visión que tiene de su trabajo institucional.

Sus casi 30 años de trabajo en el campo bibliotecológico la han llevado a destacarse al frente de la Biblioteca Nacional e, igualmente, a recibir reconocimientos internacionales, por la misma inserción que tiene la Biblioteca Nacional en organismos internacionales como la Asociación de Estados Americanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales, ABINIA, y, en el interior de ABINIA, donde es Miembro del Comité de Evaluación de Proyectos, del Comité de Información y Comunicación y del Comité de Depósito Legal.

Recientemente su trabajo fue reconocido cuando le nombraron, en el mes de octubre del 2019, por un período de dos años, Vicepresidenta del Consejo Directivo de ABINIA, lo que es un alto reconocimiento para su persona, pero también lo es para Costa Rica.

La programación de actividades culturales y educativas, desde el 2014 hasta hoy, de la Biblioteca Nacional, es sobresaliente.

En el 2014 realizó 42 actividades, con una presencia física, en la Biblioteca Nacional, de 979 personas, y las fue incrementando de tal manera que, en el 2019, realizó 950 actividades con una presencia de 50.657 personas durante todo el año.

En el 2017 unió a sus actividades la proyección virtual de las mismas, lo que elevó en presencia virtual solo en el 2019 a un total de 64.292 personas más los concurrentes a sus actividades.

Los usuarios presentes de estas actividades, en estos años, han sido 114.949. Me atrevo a afirmar que todas las universidades de Costa Rica, en mesas redondas, conferencias, debates que organizan, y otras actividades similares, no llegan a reunir en estudiantes presentes lo que la Biblioteca Nacional está haciendo hoy, que sin lugar a dudas se debe al activismo profesional de su actual Directora, Laura Rodríguez, al amor, dedicación y entusiasmo que le dedica a su trabajo.

A esto se suma la parte de Difusión del Patrimonio Documental por las redes sociales, donde han divulgado más de 1500 publicaciones en promedio en los últimos tres años, para un alcance de casi 100.000 usuarios solo en el 2019. Igualmente, a las colaboraciones que brinda a distintos medios de comunicación social, para divulgar noticias e información histórico cultural del país.

Los usuarios de los servicios de información, usuarios de estas actividades culturales los ha incrementado notablemente, llegando en los años 2018 y 2019 a casi 200.000 personas por año.

Especialmente con la Radio de la Universidad de Costa Rica, desde el año 2017, ha impulsado una serie de cápsulas radiales, de dos minutos de duración cada una, sobre diversos temas de la historia y la cultura costarricense con base a la información de las colecciones patrimoniales de la Biblioteca.

La labor que ha venido haciendo para proteger físicamente la Biblioteca, reforzando estructuras y desarrollando, hasta donde puede, los mecanismos anti incendios, son de reconocer, por la seguridad de quienes la visitan y por el resguardo de los documentos de la Memoria Nacional que allí se guardan y preservan.

Tiene el Colegio de Profesionales en Bibliotecología de Costa Rica una excelente profesional digna de que se le reconozca con la distinción del Premio Nacional en Bibliotecología Prof. Efraín Rojas, del año 2020.


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