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Dejemos de ponerle grilletes al desarrollo

| Sábado 25 julio, 2009

El mundo vive una de las peores crisis financieras y laborales, y entre los afectados Costa Rica no es la excepción, por lo cual las empresas deben reinventarse para sobrevivir constantemente en un mundo globalizado, por lo cual el proyecto de Ley 13.475, que busca reformar el Código de Trabajo tal y como está redactado se convierte en una carlanca para el desarrollo social del país.
Dicha iniciativa, que entre otras cosas pretende inmovilizar a la totalidad de los trabajadores que se incorpore a un sindicato y que pretende mayores privilegios para algunos pocos, no solo atenta contra la libertad sino que también les quitaría a las empresas su derecho y su capacidad de reorganizarse en momentos de crisis.
El fuero sindical no puede ni debe convertirse en un grillete para el sector productivo, ya que de ser así las empresas costarricenses, que incluyen a las micro, pequeñas y medianas empresas, perderían competitividad.
Esta siempre ha sido mi posición con respecto al fuero sindical. Por ello no hay nada más alejado de la realidad que las versiones que han circulado en la Asamblea Legislativa de que este servidor ha apoyado dicha iniciativa. Lo que sí apoyé, durante el proceso de Concertación hace 11 años, fue una agenda acordada de temas nacionales que le permitirían a Costa Rica como nación dar un salto importante y mejorar las condiciones económicas y sociales.
A más de una década recuerdo que en el proceso de Concertación, impulsado por el gobierno del presidente Miguel Angel Rodríguez, se conocieron y se analizaron muchos temas económicos, sociales y laborales, entre otros. El fuero sindical fue uno de los temas que se conocieron y dio origen al informe denominado “Libertad Sindical”, el cual incluía temas de empleo público, transformación del régimen del auxilio de cesantía, algunos convenios de la OIT, flexibilidad laboral y responsabilidad sindical, entre otros.
Con el pasar del tiempo, algunos sindicalistas empezaron a desconocer y/o tergiversar los acuerdos alcanzados y finalmente lo único que quedó fue el proyecto de Ley de Protección al Trabajador, el cual fue aprobado. Esto muestra que de una agenda concertada de temas y acciones, no quedó prácticamente nada y algunos sindicalistas retiraron su apoyo en temas trascendentales esperando únicamente que se impulsaran los de su interés, con lo cual el proceso de Concertación vino a menos y progresivamente fue perdiendo vigencia y sobre todo efectividad.
Este marco histórico debe llamar a la reflexión a los señores y señoras diputadas, ya que el proyecto de Ley 13.475 como queda claro no solo viene a limitar los derechos y libertades empresariales, sino que además deja por fuera aspectos de suma importancia como la responsabilidad sindical, con lo cual el acuerdo que ahora tanto invocan algunos dirigentes sindicales queda renco.

* Presidente Honorario UCCAEP

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