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De la sobreexplotación a la gestión sostenible

| Jueves 12 noviembre, 2015


De la sobreexplotación a la gestión sostenible

Durante muchos años hemos observado cómo la desmedida explotación del recurso pesquero ha disminuido las poblaciones de peces, tanto de especies de valor comercial, como de otras encargadas de mantener el equilibrio de los ecosistemas marino-costeros.
Como resultado, los pescadores han sufrido la escasez de recurso, ha sufrido el ambiente marino y si no actuamos con urgencia, podrían también sufrir las futuras generaciones la carencia de pesquerías y mares ecológicamente estables.
Para contribuir a mejorar esta situación, se ha impulsado en nuestro país el proyecto Golfos, el cual constituye un esfuerzo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), en el cual MarViva actúa en el papel de ejecutor.
El proyecto Golfos cuenta con el financiamiento del Fondo de Medio Ambiente Mundial (FMAM) e impulsa la gobernanza y el uso sostenible de las Áreas Marinas de Uso Múltiple (AMUM) para beneficiar a las comunidades costeras.
Uno de los resultados más importantes del proyecto ha sido el fortalecimiento de las Áreas Marinas de Pesca Responsable (AMPR) ubicadas en el Golfo de Nicoya, donde se promueve la pesca responsable.
La pesca responsable se caracteriza por el uso de técnicas y artes selectivas de captura, las cuales permiten el aprovechamiento del recurso pesquero sin dañar incidental o accidentalmente otras especies que comparten el hábitat marino con la especie de interés.
Las zonas de pesca se delimitan para que los pescadores sepan que están dentro de un Área Marina de Pesca Responsable. El proyecto ha colocado boyas que permiten ubicar claramente los límites del área, ha remodelado e instalado centros de acopio removibles, desarrolló un programa de capacitación sobre pesca responsable y ha contribuido al desarrollo de proyectos productivos en estas áreas.
Dentro de estas áreas se promueve el uso de cuerdas y anzuelos, y en los casos que se permite el uso de redes se deben utilizar tamaños de malla que dejan escapar a peces juveniles que más tarde van a poder repoblar la zona, de forma tal que se contribuya a la sostenibilidad del recurso. Al mismo tiempo, se establecen reglas para evitar la pesca de especies amenazadas o en peligro de extinción.

Participación e inclusión social
Un error frecuente de años atrás en la práctica conservacionista era excluir a las personas locales del proceso de protección. Hoy, esta visión está siendo superada y cada vez es más frecuente que la conservación sea impulsada y sostenida por las mismas personas locales que se dedican al aprovechamiento de los recursos, quienes se encargan de cuidarlo para su propia sostenibilidad.
Este es el caso de las comunidades de pescadores de Palito y Montero en Isla Chira, Puerto Níspero, Costa de Pájaros, Paquera e Isla Venado. Estas comunidades costeras podrán hacer un aprovechamiento responsable del recurso pesquero, al tiempo que se han comprometido a proteger y vigilar el buen estado del área designada.
Esta es una significativa conversión de la cultura de pesca convencional. Más de 250 pescadores locales se han comprometido en el resguardo del recurso marino para el bienestar propio y de la naturaleza marina.
Esto significa que la gente se ha apropiado de la lógica de conservación de las zonas marinas de pesca responsable. Así, cualquier pescador con licencia y que cumpla con las obligaciones para ejercer la pesca sostenible puede entrar en la ecuación de usuarios del recurso marino costero.
En las Áreas Marinas de Pesca Responsable, además de la pesca sostenible se permite el desarrollo de proyectos acuícolas de moluscos, camarón y peces, siempre y cuando no interfieran con las actividades de pesca. También es posible impulsar proyectos turísticos asociados a la pesca artesanal.
En general, lo que se está logrando es abrir espacios para la participación y la inclusión social en el territorio marino, al tiempo que se garantiza un buen uso del recurso, la comercialización responsable de especies marinas y en general se procura una mejora en la calidad de vida de las comunidades costeras, altamente vulnerables desde el punto de vista socioeconómico.
En este sentido, apoyar el fortalecimiento de las Áreas Marinas de Pesca Responsable se convierte así en un reto pero al mismo tiempo en una esperanza para las poblaciones costeras, para los consumidores de producto pesquero y para la población en general que se ve beneficiada con un proyecto que busca la sostenibilidad de las Áreas Marinas de Uso Múltiple Golfo de Nicoya y Pacífico Sur.

Francisco Pizarro Bustos
Coordinador Proyecto Golfos

 






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