De elogiado a criticado
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 22 mayo, 2008
De ser un gobierno bastante bien calificado por la población y que hacía gala de estar cumpliendo lo hablado en campaña, la actual administración ha pasado a ser en los últimos días criticada por no cumplir promesas (de campaña o posteriores).
Un ejemplo de promesa sin cumplir es la creación de un Ministerio de la Producción y como parte de esa medida la reestructuración del Consejo Nacional de Producción. Grandes ausentes hoy para enfrentar las consecuencias de la crisis mundial de alimentos, como se desprende de una información publicada por LA REPUBLICA el martes.
Muy lejos de cumplir con esos anuncios, el mencionado Ministerio ni siquiera es proyecto de ley en la Asamblea Legislativa, y el CNP además de no reestructurado está seriamente cuestionado por haber aprobado, aparentemente en forma irregular, ¢11 mil millones en créditos a 21 proyectos que supuestamente no cumplían con los requisitos debidos para beneficiarse con esas sumas.
Esta acción, corregida por el Ejecutivo en alguna medida, dando marcha atrás en la mayoría de los casos, no ha recibido sin embargo la atención que amerita puesto que la situación requiere una investigación de los hechos para, si corresponde, sentar responsabilidades.
Las irregularidades en esa institución no se ignoraban puesto que ya habían sido señaladas por la Contraloría General de la República en los últimos años.
Esto ocurre a pesar de que una de las promesas de la actual administración ha sido siempre la de transparencia y rendición de cuentas.
No obstante, la situación es la contraria. El CNP a estas alturas no debería estar cuestionado sino reestructurado y operando con la agilidad, eficiencia y transparencia necesarias para implementar los planes que hoy requiere el país a fin de minimizar un poco la crisis alimentaria mundial.
En cuanto al Ministerio de la Producción, este debería ya existir y funcionando a toda máquina, para impulsar, orientar, modernizar y apoyar con préstamos y seguros al agro, a condición de que las producciones así logradas cubran primero la cuota interna necesaria en el país, y, en caso de sobrantes, estos pudieran exportarse.
Costa Rica no puede seguir permitiéndose actuaciones poco transparentes en las que se realicen, impunemente, prácticas supuestamente irregulares. Ante el menor indicio de estas, se imponen la investigación inmediata y la voluntad para sentar responsabilidades.