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Costa Rica ya no logrará ser carbono neutral en 2021 (II)

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 02 enero, 2017


Costa Rica aumenta constantemente sus emisiones de gases de efecto invernadero y de otros gases y ya no logrará ser carbono neutral en 2021

 

Costa Rica ya no logrará ser carbono neutral en 2021
(II)

Tal como lo indiqué en mi columna anterior, la falta de desarrollo de nuevas modalidades de transporte, el colapso de la infraestructura vial, el rápido crecimiento de la flota vehicular y la ausencia de cambios en el mix energético nacional son cuatro factores, entre otros, que están incidiendo fuertemente en el aumento de las emisiones de efecto invernadero y de partículas y otros gases.
El colapso de la infraestructura vial es el resultado de una permanente subinversión en infraestructura, la cual ha sido señalada por muchas organizaciones nacionales e internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que ha criticado la subinversión tan grande que tenemos en infraestructura y ha señalado además que este factor es un elemento crítico que inhibe las capacidades nacionales de desarrollo.
En cuanto al crecimiento de la flota vehicular, el “III Informe Costa Rica Importa” ha dejado claro que “por primera vez el sector transporte —que incluye todo tipo de vehículos— superó al petróleo en cifras de importación durante 2015”. Este informe indica también que “la traída de vehículos del exterior se posicionó en el primer lugar” y que “la factura comercial por importación de vehículos fue de $1.324.038.000 en 2015. Anteriormente los productos petroquímicos (combustibles y derivados) ocupaban el primer puesto en las importaciones. El año anterior se ubicó en la segunda posición con $1.285.788.000”.
Esta situación también sobresale en el informe de la Cámara de Comercio sobre los resultados del desempeño económico 2016, donde se indica que la venta de vehículos es el sector comercial que más creció en el país durante 2016, con un 13,5%.
La falta de desarrollo de nuevas modalidades de transporte, que a su vez afecta la creciente importación de vehículos, agrava aún más la situación de las emisiones.
La falta de cambios en el mix energético nacional provoca también aumentos constantes en las importaciones de derivados de petróleo.
La ausencia de acciones claves en temas tan importantes como los anteriores, entre otros, están aumentando en gran medida la importación y el consumo de los caros derivados de petróleo importados.
Los estudios de RECOPE indican que el consumo del año pasado de petróleo explorado, producido y refinado en el extranjero fue de 19 millones de barriles y que en 2035 (escenario medio) sería de 33,5 millones de barriles (un 76% más que el consumo del 2015).
En términos relativos también hay un aumento de los derivados de petróleo importados. Mientras que en 2007 representaron el 59,2% del consumo nacional de energía, en 2015 representaron el 62,0% y en 2030 representarían el 62,4% (de acuerdo con las proyecciones oficiales). La participación de los derivados de petróleo importados en el sector transporte es muy cercana al 100%.
La transición energética en un país se da como resultado de procesos de cambio intensivos en capital que son impulsados durante varias décadas por los continuos adelantos tecnológicos. Al ser procesos intensivos en capital, los países que generan grandes cantidades de recursos fiscales y no fiscales con su producción de petróleo y gas natural son los que más están avanzando en esta transición. Noruega es uno de estos países.
Los países que anunciaron su estrategia de carbono neutralidad en la misma época que lo hizo Costa Rica no consideran una contradicción el uso de la riqueza nacional que genera la producción local de petróleo y gas natural para potenciar el desarrollo y logro de la carbono neutralidad, mientras se da la transición energética. La política energética actual de Costa Rica es la única en el mundo que por sus dogmas considera esto como una contradicción.
La política energética cambió en el transcursos de los años, lo que está provocando aumentos constantes en las transferencias de recursos fiscales y no fiscales a los países petroleros y en las importaciones petroleras que representan casi las 2/3 partes del consumo energético nacional. Este traslado continuo de riqueza nacional al extranjero ha sido uno de los principales obstáculos para realizar la transición energética nacional.
Costa Rica es además el único país en el mundo que no visualiza tener al gas natural en su mix energético, a pesar de que se considera que va a desplazar al petróleo de su primer lugar como fuente de energía, por ser mucho más barato, más abundante, emitir mucho menos gases de efecto invernadero y otros gases, y ser ambientalmente superior al petróleo. El impacto futuro de esta decisión política en la competitividad y el desarrollo nacional será muy importante.
Y a pesar de las grandes carencias y de la creciente subinversión en todos los sectores, es también el único país donde se considera actualmente que las enormes cantidades de recursos fiscales y no fiscales potenciales que tenemos deben quedarse enterrados en el subsuelo nacional y que lo más conveniente es consumir petróleo durante varias décadas proveniente del subsuelo de otros países y transferirles la gran riqueza de estas importaciones para su beneficio y para detrimento nacional.
Al trasladar esta riqueza al extranjero, quedan muy pocos recursos en el país para lograr el nivel de inversión nacional que se requiere, incluyendo la inversión en infraestructura (transporte, salud, educación y vivienda), en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de otros gases nocivos en la transición energética y en el desarrollo económico y social.
Noruega, con una población muy similar a la nuestra, fue uno de los países que anunció su meta de carbono neutralidad en la misma época que Costa Rica. Y como todos los países que anunciaron su meta de carbono neutralidad, utiliza la riqueza que le genera su producción y exportación de petróleo y gas natural para financiar todas las acciones requeridas para su desarrollo sostenible, incluyendo su estrategia de carbono neutralidad y su transición energética.
La utilización eficaz de esta riqueza ha sido un factor determinante para el logro de sus metas económicas, sociales y ambientales y poder convertirse en el país que más ha avanzado en el mundo en la lucha contra el cambio climático.
Y como lo he señalado en otras columnas, gracias a estos recursos, este país se ha convertido también en uno de los países más ricos del mundo y en un líder mundial del desarrollo sostenible. Actualmente ocupa el primer lugar en el Índice Mundial de Desarrollo Humano y un lugar privilegiado entre el grupo de países con las posiciones más altas en el Índice de Desempeño Ambiental y en el desarrollo de una infraestructura moderna (transporte, salud, educación, vivienda, etc.).
Mientras tanto, Costa Rica aumenta constantemente sus emisiones de gases de efecto invernadero y de otros gases y ya no logrará ser carbono neutral en 2021. Y además, sigue teniendo grandes necesidades no satisfechas y altos niveles de pobreza, la subinversión en infraestructura se agrava día con día, aumenta su consumo de petróleo extraído del subsuelo de otros países con normas ambientales menos estrictas que las que tenemos aquí y traslada continuamente a esos países una enorme riqueza originada en nuestro creciente consumo petrolero, en lugar de dejarse esta gran riqueza aquí para beneficio nacional.

 

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