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FORO DE LECTORES


Ciudades en bancarrota

| Sábado 01 septiembre, 2012


Ciudades en bancarrota

Todo empezó cuando en el año 2008, la ciudad de Vallejo en California se declaró en bancarrota de acuerdo con las leyes de los Estados Unidos.
Hace pocas semanas tres ciudades californianas más, Mammoth Lakes, Stockton y San Bernardino, se han declarado en bancarrota.
Déficits inmanejables, pensiones y prebendas exageradas, una mala gestión de los recursos e ingresos que dejaron de existir por la crisis inmobiliaria, son algunas de las causas que afrontan los municipios, que no pueden pagar ni los salarios de sus empleados.
En una publicación del Washington Post del mes de mayo de 2012, se cita a la profesora Barbara O’Connor de la California State University en Sacramento, quien advierte que 100 ciudades más del Estado de California podrían estar en esa misma situación antes de finalizar el año, lo que sin duda tendría un gran impacto en la economía californiana.
Pero no son solo estas ciudades californianas las que tienen déficits inmanejables. En Scranton, Pennsylvania, las autoridades municipales pagaron salarios, pero calculados al mínimo legal, poniendo ante las cámaras de los noticieros de televisión los rostros perplejos de los empleados con sus cheques reducidos como un nuevo espejo de la crisis.
En una noticia más amable, un niño de nueve años se puso a vender limonadas como una contribución para atenuar el déficit del ayuntamiento de la ciudad de Detroit, lo que motivó una oleada de donaciones.
Esto solo ocurre en los Estados Unidos de América, como dirían los estadounidenses.
En Costa Rica diríamos con la mayor tranquilidad, que esas cosas solo pasan en los Estados Unidos o en otras partes del mundo, y que aquí tenemos alguna suerte de blindaje que nos salva de esas circunstancias.
Quizás algún préstamo de los bancos o la emisión de bonos podrían ser la solución. ¿Pero qué pasa cuando los bancos no prestan o nadie compra los bonos?
Ahí es cuando deberíamos recordar el antiguo refrán: “Cuando las barbas del vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.

Clara Zomer
Ingeniera Civil






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