Cambio de nombre
| Jueves 16 junio, 2011
Cambio de nombre
Por publicaciones recientes y su sitio web, el distinguido colegio profesional al cual pertenezco, ha cambiado su nombre. El Colegio de Abogados de Costa Rica, fundado en 1881, que ha incorporado a miles de abogadas que han ejercido y actualmente ejercen su profesión, ha pasado a denominarse El Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica.
Esto, al parecer, para adaptarse a una tendencia de equiparamiento de géneros, ya no solo dentro de un lugar o institución, sino que incluso abarca ahora a su mismo nombre o denominación social, lo cual para este suscrito, llega a ser, lo que popularmente se conoce como “hilar muy fino”.
Estoy casi seguro de que los miles de respetadas colegas abogadas de este país no se han sentido en ningún momento excluidas o marginadas del Colegio de Abogados por el simple hecho del nombre que lleva esa institución.
Dicha tendencia nos podría generar otros cambios en similares instituciones. Se me ocurre a manera de ejemplo, “El Colegio de Contadores y Contadoras” “El Colegio de Veterinarios y Veterinarias”, terminología complicada si también se les ocurre a los médicos, ingenieros y arquitectos, “El Colegio de Médicos y Medicas y Cirujanos y Cirujanas” o el CFIA (Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos) pasaría a ser el Colegio Federado de Ingenieros e Ingenieras y de Arquitectos y Arquitectas, es decir toda una confusión ya no de géneros, sino de nomenclaturas.
En un futuro podríamos encontrarnos con el “Hospital Nacional de Niños y Niñas”, por aquello que a alguien se le ocurra que en dicho centro hospitalario no atienden a niñas o de alguna forma las discrimina.
Adelante, entonces, con las preocupaciones de fondo que nos aquejan y atañen, así la preocupación del Colegio de Abogados, por mejorar el control y calidad de las universidades de derecho y la acertada opinión motivando la elección del futuro magistrado de la Sala Constitucional. Me disculpo, “magistrado o magistrada” para que nadie se sienta excluido...
Carlos Ayón Lacayo
Abogado
carlosayon@fournierlaw.com
Por publicaciones recientes y su sitio web, el distinguido colegio profesional al cual pertenezco, ha cambiado su nombre. El Colegio de Abogados de Costa Rica, fundado en 1881, que ha incorporado a miles de abogadas que han ejercido y actualmente ejercen su profesión, ha pasado a denominarse El Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica.
Esto, al parecer, para adaptarse a una tendencia de equiparamiento de géneros, ya no solo dentro de un lugar o institución, sino que incluso abarca ahora a su mismo nombre o denominación social, lo cual para este suscrito, llega a ser, lo que popularmente se conoce como “hilar muy fino”.
Estoy casi seguro de que los miles de respetadas colegas abogadas de este país no se han sentido en ningún momento excluidas o marginadas del Colegio de Abogados por el simple hecho del nombre que lleva esa institución.
Dicha tendencia nos podría generar otros cambios en similares instituciones. Se me ocurre a manera de ejemplo, “El Colegio de Contadores y Contadoras” “El Colegio de Veterinarios y Veterinarias”, terminología complicada si también se les ocurre a los médicos, ingenieros y arquitectos, “El Colegio de Médicos y Medicas y Cirujanos y Cirujanas” o el CFIA (Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos) pasaría a ser el Colegio Federado de Ingenieros e Ingenieras y de Arquitectos y Arquitectas, es decir toda una confusión ya no de géneros, sino de nomenclaturas.
En un futuro podríamos encontrarnos con el “Hospital Nacional de Niños y Niñas”, por aquello que a alguien se le ocurra que en dicho centro hospitalario no atienden a niñas o de alguna forma las discrimina.
Adelante, entonces, con las preocupaciones de fondo que nos aquejan y atañen, así la preocupación del Colegio de Abogados, por mejorar el control y calidad de las universidades de derecho y la acertada opinión motivando la elección del futuro magistrado de la Sala Constitucional. Me disculpo, “magistrado o magistrada” para que nadie se sienta excluido...
Carlos Ayón Lacayo
Abogado
carlosayon@fournierlaw.com