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Cambio clima ayuda a combatir incendios

| Viernes 26 octubre, 2007




Cambio clima ayuda a combatir incendios

Fuego ha devastado más de 1.800 kilómetros cuadrados en California

San Diego
EFE

El debilitamiento de los secos vientos del Este, que habían avivado los incendios en el sur del estado de California (Estados Unidos), es la noticia que esperaban los bomberos, que ayer, sin embargo, hallaron otros dos cuerpos calcinados entre las ruinas de una casa.
George W. Bush, presidente de Estados Unidos, sintió personalmente el picor de nariz y de garganta que produce el aire denso, cargado de partículas de ceniza y humo, durante una visita a la zona afectada, en la que intentó librarse del fantasma del huracán Katrina.
Hace dos años, el Gobierno federal recibió muchas críticas por su lenta respuesta al desastre causado por ese ciclón, que arrasó Nueva Orleans en agosto de 2005.
Sin embargo, Bush no quiso hacer similitudes. “Hay mucho tiempo para que los historiadores comparen esta respuesta a aquella respuesta”, dijo el mandatario, tras inspeccionar los destrozos en la ciudad de Escondido.
Mientras, se intensificaban las operaciones contra los incendios con más aviones y helicópteros.
Hasta ahora, los bomberos habían concentrado sus esfuerzos en minimizar los daños por el fuego, en lugar de combatirlo directamente, dada la fuerza de los vientos que llegaban del desierto.
Los vientos de “Santa Ana”, como se les conoce, se encajonan y aceleran en los cañones que les guían desde las planicies áridas hacia la costa, al oeste, y en los peores momentos de esta semana llegaron a sobrepasar los 160 kilómetros por hora.
Finalmente, se han agotado y, en su lugar, una leve brisa marina transporta cierta humedad hacia el interior y produce una bajada de las temperaturas.
El cambio meteorológico ha permitido levantar la orden de evacuación en muchos municipios y sus vecinos han comenzado a volver para comprobar si han tenido suerte y aún cuentan con un lugar donde vivir.
No obstante, otras localidades siguen cerradas y miles de viviendas están en peligro de ser destruidas, pues los bomberos sólo han logrado controlar una extensión mínima de las decenas de incendios que aún devoran el monte bajo, que es perfecto pasto de llamas, dada la sequía del último año y medio en la zona.
Hasta el momento, han ardido más de 1.800 kilómetros cuadrados, más del doble de la extensión de la ciudad de Nueva York, y han resultado destruidas o dañadas 2.000 viviendas, según el departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California.
La cifra de muertos, víctimas directas de la acción de las llamas ascendió ayer a tres, después de que la policía hallara dos cuerpos calcinados en las ruinas de una vivienda en Poway.
Además, cinco ancianos han muerto durante la evacuación o cuando estaban fuera de sus hogares, de acuerdo con la oficina forense de San Diego.
Poway es una de las localidades clausuradas, ya que sigue bajo la amenaza del incendio “Witch”, el mayor de todos, que es combatido por más de 2.600 bomberos en el norte de San Diego.
También está cerrado el municipio de Ramona, aunque en él permanecen algunos vecinos que, como Wendy Urtiz, de 27 años, decidieron no abandonarlo.
“Me sentí más segura quedándome en casa que yéndome, porque la gente estaba desesperada por salir y me pareció peligroso”, dijo Urtiz en una entrevista telefónica.
“Lo peor fue el lunes, por todo el humo que había, pero ahora ya no se ve lumbre”, señaló la mujer, que se quedó en su casa con sus cuatro hijos.
En Ramona permanecen abiertas dos tiendas, aunque no hay agua, y sólo el personal de emergencia puede entrar o salir del municipio.
Pero el debilitamiento de los vientos no ha sido bueno para todos. Los vecinos de una veintena de localidades en el condado de San Diego, que antes habían quedado al margen de las llamas, han recibido el aviso de que se preparen para salir de sus viviendas.
Además, ahora que los “Santa Ana” no se llevan el humo y las cenizas hasta el mar, la calidad del aire ha empeorado en todas las zonas afectadas, desde el condado de Ventura, al norte de Los Ángeles, hasta la frontera con México.
Lo pudo comprobar Bush desde el aire, pues sobrevoló en helicóptero junto con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, algunas de las áreas que más han sufrido.
En Escondido prometió ayuda federal a los damnificados para la reconstrucción y pronunció palabras de ánimo. “Queremos que la gente sepa que hay un mañana mejor que hoy, su vida puede parecer difícil, pero mañana va a ser mejor”, insistió.






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