Cambiar la base energética
El paulatino cambio de base energética es una necesidad y no debe posponerse sino iniciarse de inmediato mediante acciones planificadas a corto, mediano y largo plazo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 12 enero, 2010
El anuncio que se dio hace aproximadamente año y medio de impulsar en el país el uso de energías alternativas mediante la mezcla del crudo con etanol y biodiésel, o bien promover la utilización de vehículos “verdes”, parece que cayó en la conocida telaraña de la burocracia y las posposiciones. El trabajo a corto plazo y las improvisaciones llevan luego a enfrentar problemas que obligan a nuevas acciones “apagaincendios” y en medio de esa falta de planificación el país no puede avanzar como debiera. De esto tenemos suficientes demostraciones y experiencias como para caer en lo mismo. Más allá de que sea un plan que requiera aprobaciones, ajustes y trámites varios, tanto por parte de las instituciones del Estado como en las estaciones expendedoras de gasolina, no debería ser este un asunto que caiga en la consabida lentitud con que tantas veces se mueven las cosas en el país. Continuar con la dependencia del petróleo nos expone a posibles nuevos incrementos en el precio del barril en cualquier momento y a sus consecuencias. El paulatino cambio de base energética es una necesidad y no debe posponerse sino, por el contrario iniciarse de inmediato mediante acciones planificadas a corto, mediano y largo plazo. Del mismo modo que algunas empresas en el sector privado han comenzado a llevar a cabo ese cambio, el Estado costarricense también debe transitar ese camino. Comenzar, por ejemplo, con el transporte público, podría ser una forma de iniciar el paso al uso de otros combustibles. Pero todo dentro de un esquema para que, sin demoras ni posposiciones se continúe hacia otros sectores, de manera planificada y constante. No debemos olvidar que el mundo ha girado ya hacia la utilización de energías alternativas y cuanto más tarde iniciemos nosotros el viraje más problemas podríamos tener que enfrentar. Al igual que lo hizo Costa Rica en otras épocas en materia de generación hidroeléctrica, hoy debe trazar un serio plan, que no admita dilaciones, hacia el uso de energías que nos permitan desprendernos de la inconveniente dependencia del petróleo.