Bienvenido siglo XXI aduanero
| Martes 31 marzo, 2009
Bienvenido siglo XXI aduanero
He leído con sumo cuidado y cariño el artículo de mi apreciado amigo Juan Carlos Barahona, titulado: ¿Aduana digital o agente obligatorio?, publicado el pasado jueves 19 de marzo 2009 en la página 24 del Periódico LA REPUBLICA.
En mi condición de presidente de la Confederación de Agentes de Aduana de la Cuenca del Caribe, me siento obligado a expresar algunas reflexiones sobre el particular.
En primer lugar respeto la opinión del buen amigo, pero no comparto en nada sus apreciaciones, en razón de que estas tienen su origen en trabajos que él realizó en el siglo pasado (1997), cuando propuso como modelo la implementación de shock en la Aduana de Puerto Quetzal, Guatemala, que, en mi opinión personal, no era otra cosa que la violación de toda normativa legal y un Código Aduanero Uniforme Centroamericano, que no era ni aduanero ni uniforme, dado que en sus escasos 32 artículos no se citaba ni una sola vez la palabra aduana y donde cada país podía legislar en materia aduanera como quisiera.
Claro está, todo esto fue rechazado por la SIECA y los gobiernos de Centroamérica.
En el caso particular de Costa Rica la Aduana Digital o Documental que incorporó el TICA, fue eliminada en razón de que no solo no se ajustaba a la normativa comunitaria centroamericana; sino que ni controlaba ni recaudaba.
Si debo escoger entre las manifestaciones del “fugaz aduanero” con la Aduana de shock, hoy digital, y las del señor Kunio Mikuriya, secretario general de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), quien en una reciente reunión internacional de verdaderos aduaneros celebrada en la República de Panamá, manifestó: “que no concebía el siglo XXI sin la participación activa de los agentes de aduana”, y en sus elocuentes palabras agregó lo siguiente: “que para bailar tango se requieren dos personas y que para actuar dentro del concepto internacional se requieren dos sujetos, las aduanas y los agentes de aduana”. Por todo lo anterior, me quedó con las manifestaciones del secretario general de la OMA, señor Mikuriya.
Oscar Ramos Valverde
Presidente de la Confederación de Agentes de Aduana de la Cuenca del Caribe
He leído con sumo cuidado y cariño el artículo de mi apreciado amigo Juan Carlos Barahona, titulado: ¿Aduana digital o agente obligatorio?, publicado el pasado jueves 19 de marzo 2009 en la página 24 del Periódico LA REPUBLICA.
En mi condición de presidente de la Confederación de Agentes de Aduana de la Cuenca del Caribe, me siento obligado a expresar algunas reflexiones sobre el particular.
En primer lugar respeto la opinión del buen amigo, pero no comparto en nada sus apreciaciones, en razón de que estas tienen su origen en trabajos que él realizó en el siglo pasado (1997), cuando propuso como modelo la implementación de shock en la Aduana de Puerto Quetzal, Guatemala, que, en mi opinión personal, no era otra cosa que la violación de toda normativa legal y un Código Aduanero Uniforme Centroamericano, que no era ni aduanero ni uniforme, dado que en sus escasos 32 artículos no se citaba ni una sola vez la palabra aduana y donde cada país podía legislar en materia aduanera como quisiera.
Claro está, todo esto fue rechazado por la SIECA y los gobiernos de Centroamérica.
En el caso particular de Costa Rica la Aduana Digital o Documental que incorporó el TICA, fue eliminada en razón de que no solo no se ajustaba a la normativa comunitaria centroamericana; sino que ni controlaba ni recaudaba.
Si debo escoger entre las manifestaciones del “fugaz aduanero” con la Aduana de shock, hoy digital, y las del señor Kunio Mikuriya, secretario general de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), quien en una reciente reunión internacional de verdaderos aduaneros celebrada en la República de Panamá, manifestó: “que no concebía el siglo XXI sin la participación activa de los agentes de aduana”, y en sus elocuentes palabras agregó lo siguiente: “que para bailar tango se requieren dos personas y que para actuar dentro del concepto internacional se requieren dos sujetos, las aduanas y los agentes de aduana”. Por todo lo anterior, me quedó con las manifestaciones del secretario general de la OMA, señor Mikuriya.
Oscar Ramos Valverde
Presidente de la Confederación de Agentes de Aduana de la Cuenca del Caribe