Bachelet defiende su estilo no masculino
| Miércoles 03 octubre, 2007
Bachelet defiende su estilo no masculino
Mandataria chilena lamenta el pesimismo de los medios
Santiago de Chile
EFE
Al año y medio de acceder al poder, la presidenta chilena Michelle Bachelet defiende su gestión, diferente de la masculina, autoritaria y paternalista, admite fallas en su política de comunicación y lamenta la visión negativa de algunos medios de comunicación chilenos.
En su reunión anual con los corresponsales extranjeros en Santiago, Bachelet afirmó ayer que Chile está más integrado en el mundo, política y económicamente, negó que las diferencias territoriales con Perú supongan una degradación de las relaciones bilaterales y confió en poder modificar el sistema electoral no representativo heredado de la dictadura.
También defendió haber dado instrucciones para estudiar las ventajas y los inconvenientes de la energía nuclear, subrayó la idoneidad de Chile para integrar el consejo de derechos humanos de Naciones Unidas y admitió que el fallido sistema de transporte público en Santiago es la “mayor espina” de su gestión.
Pero del amplio repaso optimista de su gestión, en la reunión destacó la amargura de la presidenta Bachelet con los medios de comunicación chilenos, que, según dijo, dan una imagen distorsionada de la realidad nacional que se contagia en el exterior y crean expectativas artificiales que se traducen en insatisfacción popular.
Bachelet defendió con entusiasmo su forma de gobernar: “Hay una forma masculina y tradicional”, dijo, pero ella mantiene que “existe otra, un liderazgo diferente”, aunque admite que “la patriarcal a veces parece ofrecer más certezas y seguridades”.
Bachelet inició la reunión subrayando el aumento de casi un doce por ciento en el gasto social de su presupuesto para el año que viene, pero las primeras preguntas de los corresponsales giraron hacia el contencioso territorial con Perú.
Según la presidenta Bachelet, Perú tiene el derecho de acudir al tribunal internacional de La Haya para reclamar su postura sobre el límite marítimo, pero Chile mantiene “su convicción profunda” de que el asunto no compete al organismo internacional porque “no tenemos temas pendientes con Perú (en materia de delimitación) y los tratados están para cumplirlos”.
Bachelet negó que el anuncio peruano de acudir a La Haya en noviembre haya supuesto la cancelación de su visita a Lima: “Estoy invitada, pero no había fecha, así que no hay suspensión”, dijo.
Sobre Argentina, y preguntada sobre la eventualidad de un “bloque femenino” en Suramérica si Cristina Kirchner es elegida presidenta, Bachelet afirmó que considera a la candidata “inteligente y valiosa” pero que las relaciones con el país vecino “ya son buenas y seguirán siéndolo independientemente de quien gane”.
En política interior, Bachelet contestó con un rotundo ¡ojalá! a la pregunta sobre si durante su gobierno se modificará la ley electoral “binominal”, heredada de la dictadura, que excluye de la representación parlamentaria a casi el 10% de la población que no vota por las dos principales alianzas y que la oposición se niega a eliminar.
Bachelet subrayó su “profundo dolor” por el resultado del nuevo sistema de transporte público en Santiago “y por haber causado involuntariamente” graves problemas a la ciudadanía.
También fustigó a la oposición de derecha, de la que dijo que “ha de ser coherente”: si durante la campaña está a favor del voto del emigrante en el exterior y del cambio del sistema electoral, “luego que sea coherente y no torpedee los proyectos de ley” que presenta el Gobierno.
Mandataria chilena lamenta el pesimismo de los medios
Santiago de Chile
EFE
Al año y medio de acceder al poder, la presidenta chilena Michelle Bachelet defiende su gestión, diferente de la masculina, autoritaria y paternalista, admite fallas en su política de comunicación y lamenta la visión negativa de algunos medios de comunicación chilenos.
En su reunión anual con los corresponsales extranjeros en Santiago, Bachelet afirmó ayer que Chile está más integrado en el mundo, política y económicamente, negó que las diferencias territoriales con Perú supongan una degradación de las relaciones bilaterales y confió en poder modificar el sistema electoral no representativo heredado de la dictadura.
También defendió haber dado instrucciones para estudiar las ventajas y los inconvenientes de la energía nuclear, subrayó la idoneidad de Chile para integrar el consejo de derechos humanos de Naciones Unidas y admitió que el fallido sistema de transporte público en Santiago es la “mayor espina” de su gestión.
Pero del amplio repaso optimista de su gestión, en la reunión destacó la amargura de la presidenta Bachelet con los medios de comunicación chilenos, que, según dijo, dan una imagen distorsionada de la realidad nacional que se contagia en el exterior y crean expectativas artificiales que se traducen en insatisfacción popular.
Bachelet defendió con entusiasmo su forma de gobernar: “Hay una forma masculina y tradicional”, dijo, pero ella mantiene que “existe otra, un liderazgo diferente”, aunque admite que “la patriarcal a veces parece ofrecer más certezas y seguridades”.
Bachelet inició la reunión subrayando el aumento de casi un doce por ciento en el gasto social de su presupuesto para el año que viene, pero las primeras preguntas de los corresponsales giraron hacia el contencioso territorial con Perú.
Según la presidenta Bachelet, Perú tiene el derecho de acudir al tribunal internacional de La Haya para reclamar su postura sobre el límite marítimo, pero Chile mantiene “su convicción profunda” de que el asunto no compete al organismo internacional porque “no tenemos temas pendientes con Perú (en materia de delimitación) y los tratados están para cumplirlos”.
Bachelet negó que el anuncio peruano de acudir a La Haya en noviembre haya supuesto la cancelación de su visita a Lima: “Estoy invitada, pero no había fecha, así que no hay suspensión”, dijo.
Sobre Argentina, y preguntada sobre la eventualidad de un “bloque femenino” en Suramérica si Cristina Kirchner es elegida presidenta, Bachelet afirmó que considera a la candidata “inteligente y valiosa” pero que las relaciones con el país vecino “ya son buenas y seguirán siéndolo independientemente de quien gane”.
En política interior, Bachelet contestó con un rotundo ¡ojalá! a la pregunta sobre si durante su gobierno se modificará la ley electoral “binominal”, heredada de la dictadura, que excluye de la representación parlamentaria a casi el 10% de la población que no vota por las dos principales alianzas y que la oposición se niega a eliminar.
Bachelet subrayó su “profundo dolor” por el resultado del nuevo sistema de transporte público en Santiago “y por haber causado involuntariamente” graves problemas a la ciudadanía.
También fustigó a la oposición de derecha, de la que dijo que “ha de ser coherente”: si durante la campaña está a favor del voto del emigrante en el exterior y del cambio del sistema electoral, “luego que sea coherente y no torpedee los proyectos de ley” que presenta el Gobierno.