Ajustes de precios sin demora burocrática
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 07 febrero, 2009
La próxima semana tendremos un aumento en los precios de las gasolinas, diésel y otros derivados, después de que habíamos tenido cuatro bajas en los últimos tiempos por disminuciones del crudo en el resto del mundo.
La autoridad Reguladora de los Servicios Públicos aprobó el incremento justificado en un aumento de los precios internacionales a causa del conflicto bélico en la Franja de Gaza.
La noticia, publicada en LA REPUBLICA del viernes, llama la atención desde varios puntos de vista. En primer término porque este u otros posibles aumentos en las gasolinas no tocan únicamente el bolsillo de los conductores de vehículos automotores sino de todos los costarricenses al afectar muchos otros rubros que requieren este insumo. En época de crisis, cuando se busca tomar medidas para aliviar de sus consecuencias a los costarricenses, el incremento de las gasolinas no es una buena noticia.
Por otra parte, para la mayoría de las personas es bastante difícil comprender el mecanismo utilizado para efectuar estas modificaciones en los precios de los combustibles, que afectarán a todos pero principalmente a las clases baja y media.
Cuando en el pasado estos precios comenzaron a bajar internacionalmente, esto no se reflejaba en el país aduciéndose que la gasolina adquirida a mayor costo debía aún venderse a precios altos.
En la actualidad entonces, siguiendo esa línea de razonamiento, aunque el precio haya subido recientemente debería continuarse la venta a bajo costo puesto que fueron combustibles comprados cuando aún no había subido el valor del crudo.
Es evidente, más allá de cualquiera que sea el procedimiento que se utiliza para realizar estas alzas o bajas, que el país necesita un mecanismo que permita ponerlas en práctica casi al mismo tiempo que ocurre en el resto del mundo, una fórmula de ajuste automático al interior cuando esto ocurra en el ámbito internacional.
Tenemos el ejemplo en la vecina Nicaragua, donde estos ajustes se hacen en el término de una semana, mientras en Costa Rica la burocracia necesita mucho más tiempo para hacer lo mismo.