Aires de cambio en educación
La iniciativa que se inicia en Liberia, para crear un centro de formación de supertécnicos, es un ejemplo de lo que puede lograrse en la educación si se dan los cambios necesarios a todo nive
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 13 mayo, 2011
Sabemos que la solución a un problema comienza cuando este es totalmente reconocido. Es a partir de ese momento cuando se inician las verdaderas acciones para curar el mal.
En Costa Rica ya se ha reconocido que tenemos un serio problema porque nuestro sistema educativo está mal. Lo que sigue son las acciones para remediar esta situación que tanto daño puede traer aparejado.
En ese sentido, la iniciativa que se acaba de comenzar a poner en práctica en Liberia, para crear un centro de formación de supertécnicos, es todo un ejemplo de lo que puede lograrse en materia educativa si se producen los cambios necesarios a todo nivel.
Nuestro astronauta Franklin Chang, dedicado ahora a las esferas de la industria aeroespacial, se ha unido al Instituto Nacional de Aprendizaje para crear el mencionado centro y formar en él a los técnicos que podrían encontrar su fuente de trabajo ideal en el futuro parque científico que operará en Liberia.
Esta ciudad bien podría transformarse en un referente donde se concentre la producción de elementos necesarios para la industria aeronáutica y aeroespacial, siendo un polo de atracción de inversiones para este fin y como consecuencia un foco de creación de empleo de alta calidad para nuestros técnicos.
Además de elementos para la industria aeroespacial, que ahora ve un futuro unido al naciente turismo espacial, la idea es formar técnicos para el sector de energías renovables, de gran crecimiento en el mundo por el agotamiento del petróleo y del gas natural.
Ojalá se pudiera incluso traer profesores de otros países para que, unidos a los mejores de los nuestros, formaran un equipo docente capaz de generar esas nuevas camadas de supertécnicos que tanto se necesitarán.
Muchos jóvenes costarricenses se verán ilusionados sin duda por estudiar estas ramas técnicas con perspectivas interesantes de empleo y, por otra parte, algunos probablemente se verán como futuros profesores de nuevas generaciones de supertécnicos.
Un buen ejemplo de iniciativas que pueden comenzar a romper los círculos viciosos que le han bajado calidad a nuestra educación.