Aceptemos la ayuda financiera esencial, tras el diálogo con todos los sectores de la sociedad
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 21 julio, 2020 08:21 a. m.
Miguel Ángel Rodríguez
Presidente 1998-2002
República de Costa Rica
La salida de lo que en realidad es una doble crisis en Costa Rica, debería realizarse mediante un plan de reactivación bajo las condiciones definidas por el Gobierno, tras el diálogo con opositores, empresarios y sindicatos, y de esta forma aprovechar el dinero ofrecido por el Fondo Monetario Internacional.
El diálogo nacional es clave, para hacerle frente unido ante una emergencia económica y social.
El golpe del Covid-19 por cierto es duro en todos los países.
Sin embargo, el impacto sería mayor en Costa Rica, dado que nos llegó cuando ya experimentamos altos niveles de desempleo e informalidad, así como de endeudamiento del Gobierno.
Si no fuera suficiente, la capacidad de cualquier gobierno costarricense de tomar acciones positivas es limitada por la fragmentación política que hemos visto creciendo durante la última década.
En cuanto a las soluciones, se trata de impulsar la actividad económica no solo de parte del sector privado, lo que es el motor de la producción, sino también de parte del Estado, mediante las obras, así como las inversiones indispensables en los sectores de salud, educación y seguridad.
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Para contar con los recursos financieros para hacer esas y otras cosas, es esencial reducir las pérdidas crónicas del Gobierno, mediante un incremento impositivo por un lado, y por otro el rebajo de los costos del Estado por alguna combinación de fusionar y cerrar operaciones actuales, entre otras medidas.
Enajenar algunos activos estatales para contar con los recursos para invertir en las actividades productivas es otra opción.
¿Cómo, cuánto, cuáles y cuándo? serían los temas por determinar mediante el diálogo nacional.
Entretanto, debemos aceptar el llamado préstamo “Stand-by” del FMI, lo que permite reducir el costo del servicio de la deuda, al cobrar una tasa de interés del 1,55%, bastante por debajo de las tasas actuales del mercado, así como ofrecer tres años de gracia en los pagos.
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El FMI a cambio nos exigiría eliminar el déficit operativo del Gobierno en un plazo de varios años.
Sin embargo, al FMI no le importa la forma en la que se llegue a esa meta.
La decisión final de cómo rescatar las finanzas públicas, impulsar economía y empleo, y fortalecer la paz social, siempre será de los costarricenses.