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Martes, 10 de diciembre de 2024



FORO DE LECTORES


¿Mejor el Diluvio?

| Sábado 09 febrero, 2013


‘Todavía los castigaré’, dijo Dios. ‘Pero no con un diluvio, sino con algo mucho peor. Algo que el hombre mismo ha inventado’. ‘El Estado omnipresente’


¿Mejor el Diluvio?

El siguiente diálogo retrata el quehacer de demasiados costarricenses.
Dios le dijo a Noé: “Como castigo por tanta maldad, en seis meses haré que llueva hasta cubrir la Tierra con agua y destruir a la gente malvada. Pero antes quiero salvar a dos de cada clase de seres vivientes.
“Construye un arca con madera de cenízaro de 100 por 18 metros y de 10 metros de alto. En seis meses lloverá por 40 días y 40 noches. O te pones a trabajar, o aprende a flotar en agua por un largo tiempo”.
“Muy bien, Señor”, dijo Noé, temblando de miedo.
Pasaron seis meses. Los cielos se nublaron y comenzó a llover. Dios vino a inspeccionar el arca y vio a Noé sentado, llorando desconsoladamente. No había ningún arca.
“¡Noé!”, gritó Dios, “¿dónde está el arca?”, e hizo que un rayo cayera cerca de Noé, para que le pusiera atención.
“Perdóname, Señor”, exclamó Noé, “pero necesitaba un permiso de construcción y tus planos no cumplían con los requisitos del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU). Así que tuve que contratar a un ingeniero para cambiarlos. Eso tomó mucho tiempo. Y el colegio federado de ingenieros y arquitectos (CFIA) me cobró un platal obligatorio solo por sellarlos.
“Después no había madera, y el Ministerio del Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET) me prohibía cortar árboles de cenízaro en mi propiedad, entre otras razones, porque una lechuza en peligro de extinción usaba un cenízaro como percha. Me costó convencer al ministro de que la madera era precisamente para salvar a las lechuzas.
“Luego la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) me notificó que no podía construir el arca sin aportar un estudio de factibilidad ambiental sobre el diluvio que planeas. Para esto tuve que contratar biólogos, geólogos y otro montón de gente, que también tardarán mucho y costarán mucha plata.
“El Ministerio de Salud exige que instale más extintores de fuego, y más potentes. No he podido convencer a la ministra de que lo que menos habrá durante el diluvio serán fuegos. El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (A y A) niega su permiso alegando que las heces de tantos animales contaminarán el escaso recurso de agua potable. Su presidente no entiende que lo que menos faltará en el diluvio será agua potable. Y la Municipalidad me está cobrando un enorme impuesto de construcción. Dudo que pueda terminar el arca en cinco años”, sollozó Noé.
El cielo se despejó. Salió un arco iris. El sol empezó a brillar. Noé se sintió muy aliviado.
“Dios”, dijo Noé esperanzado, “¿decidiste que ya no vas a hacer llover durante 40 días y 40 noches, ni destruir la Tierra como castigo?”.
“Todavía los castigaré”, dijo Dios. “Pero no con un diluvio, sino con algo mucho peor. Algo que el hombre mismo ha inventado”.
“Creador del Universo”, lloró Noé arrodillándose y temblando, “¿qué es esa cosa tan terrible que ha inventado el hombre?”.
Después de una larga pausa, Dios respondió: “El Estado omnipresente”.

Raúl Costales Domínguez
Escritor






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