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“Ir a Costa Rica es respirar aire fresco”

Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Miércoles 18 junio, 2014




MÚSICA

“Ir a Costa Rica es respirar aire fresco”

El cantautor Luis Eduardo Aute habló con Magazine sobre el concierto que va a ofrecer en el país

Luis Eduardo Aute proyectará un cortometraje animado suyo previo al concierto que hará en el país. Cortesía/La República

El cantautor Luis Eduardo Aute vendrá al país a compartir su último disco “El niño que miraba al mar, así como a tomar una nueva bocanada de aire para recargar pilas y seguir adelante con su carrera.
El intérprete nacido en Filipinas cantará la próxima semana en el país, luego de cuatro años de su última visita, y conversó con MAGAZINE sobre la velada y su carrera.

Vuelve luego de cuatro años de su última visita, ¿cómo será ese reencuentro?
Espero que el encuentro sea tan placentero como la última vez que estuve; la intención es presentar las canciones del último disco “El niño que miraba al mar”. También antes del concierto se proyectará un cortometraje de 20 minutos que se llama “El niño y el basilisco”, una película realizada, dibujada y animada por mí.

Usted ha dicho que se siente muy cómplice con los ticos, ¿qué nutre esa relación de amigos?
Es el carácter de ustedes (los costarricenses). Cada vez que voy ahí me siento muy en familia, porque creo que tengo un poco del carácter de ustedes; tan sensibles a la vitalidad de vivir, que no es muy frecuente. Cuando voy ahí me cargo las pilas; voy más o menos erosionado, y cuando estoy unas horas o unos días, salgo con ganas de comerme el mundo.
Ir a Costa Rica es respirar aire fresco, muy intenso, siento mucha energía tropical; y yo soy del trópico, nací en Filipinas, el trópico lo llevo en las venas.

¿Qué nutrió su último disco “El niño que miraba al mar”?
La verdad fue un accidente. La canción que da origen a las otras piezas del disco se me ocurrió luego de azares de la vida.
Mi padre me hizo una fotografía en el año 45 en Filipinas, cuando tenía dos años y miraba el mar; luego en 2011 me encontraba en La Habana con mi familia,

paseamos en el Malecón, nos hicimos unas fotografías, y cuando miré al mar mi hija me hizo una foto por detrás, que resultó tener el mismo enfoque que la de mi padre.
Cuando volvimos a casa mis hijos me regalaron un montaje que hicieron con ambas fotos y cuando vi el resultado me conmovió: era verme a mí mismo mirando al mar, pero con toda una vida de por medio.
Esa imagen me provocó y pensé qué pasaría si se diera la posibilidad de conversar con el niño o la niña que fuimos, qué le preguntaría el uno al otro y qué reflexiones saldrían. De ahí surgieron el disco y el audiovisual que lo acompaña.

¿Qué queda del niño Aute al adulto de hoy día?
Estamos obligados en la vida a matar el niño que llevamos adentro para poder sobrevivir en esta jungla; no se puede andar con la inocencia de la infancia día a día.
Pero creo que las personas que se dedican al arte son niños que no quieren crecer de alguna manera, porque esto de escribir música, poemas, pintar, crear imágenes, en mi opinión, representa mucho el espíritu de un niño, de seguir jugando. Es como el síndrome de Peter Pan, no quieren crecer.
Pues creo que algo de mi niño queda.

Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
@cbarrantesLR







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