Héroes y villanos
| Martes 14 mayo, 2013
Es a aquel que domina por la fuerza de la verdad, no a los que hacen esclavos por la violencia, es a aquel que conoce el Universo, no a los que lo desfiguran, a quien yo respeto
Héroes y villanos
Quienes son sus héroes en buena parte revela cómo es alguien. En tiempos prehistóricos un ser humano descu¬brió cómo encender un fuego. Pero cuando llevó el fuego a su cueva esta se llenó de humo. Como entonces no existía un Estado paternalista que prohibiera el uso del fuego en las cuevas, ese ser humano tuvo que usar su ingenio¬ e inventó la chimenea. Ese ser humano que había alejado la oscuridad de la Tierra sería quizás mi primer héroe.
Todo conocimiento y logro humano ha provenido de innovadores intransigentes, del esfuerzo y la integridad de sus mentes. La Humanidad les debe su supervivencia a ellos.
El innova¬dor, opuesto, perseguido y explotado, siguió adelante llevando a la Humanidad sobre su espalda. Los envidiosos y el Estado no contri¬buyeron en nada, excepto por los impedimentos que pusieron.
Ninguna colectividad contribuye a engendrar personas ingeniosas. Un genio creativo no puede entrenarse. No hay escuelas de creatividad. Un genio es precisamente quien desafía escuelas y reglas, se desvía del camino tradicio¬nal y abre un nuevo sendero a través de un entorno que antes era inacce¬si¬ble.
Un genio se hace a sí mismo. No le debe nada a quien osten¬ta el poder del Estado, que más bien puede para¬lizar su espíritu creati¬vo.
Se nos enseña que es una virtud estar de acuerdo con otros. Pero el creador es alguien que disiente. Se nos enseña que es una virtud nadar con la corriente. Pero el creador nada contra la corriente.
A través de los siglos han existido individuos que dieron el primer paso hacia nuevos senderos armados solo con su visión. Sus metas eran diferentes, pero todos ellos tenían esto en común: su paso era el primero, su sendero era nuevo, su visión era firme y la respuesta que recibieron fue la envidia y el odio.
Los grandes creadores, los pensadores, científicos, artistas e inventores se vieron solos frente a los ignorantes de su época.
Cada gran pensamiento nuevo tuvo oposición. Cada gran invención fue denunciada. Pero los individuos con visión firme siguie¬ron adelante. Ellos son mis héroes: los que no se sometieron y valientemente fueron los primeros.
Veo al ser humano como un héroe en potencia que enfrenta a la Naturaleza como un conquistador. No lo veo como un siervo supersticiosamente atemorizado por fantasmas y deseo¬so de ser guiado por “pastores”, como en efecto lo ven los auto-ritarios, los villanos que detestan la libertad.
El interés del genio creador es conocer el Universo, la conquista de la Naturaleza. El interés del parásito autoritario es la conquista del hombre.
Un hombre como Newton, tal como apenas se encuentra uno en diez siglos, es verdaderamente el gran hombre; y esos políticos y conquistadores de los que ningún siglo ha carecido, no son por lo común otra cosa que ilustres malvados.
Es a aquel que domina por la fuerza de la verdad, no a los que hacen esclavos por la violencia, es a aquel que conoce el Universo, no a los que lo desfiguran, a quien yo respeto.}
Raúl Costales Domínguez
Escritor