Diagnosticar y sanear: tarea pendiente
| Martes 10 julio, 2012
Urge un diagnóstico para definir dónde están los problema del ICE, que incluya la labor de los jerarcas de los últimos años
Diagnosticar y sanear: tarea pendiente
La necesidad de bajar gastos en el Instituto Costarricense de Electricidad para que este recupere su estabilidad económica, no pareciera algo que deba verse como un asunto aislado sino más bien como parte del problema que desde hace años sufren las instituciones públicas, sin que los gobiernos tomen medidas eficientes para solucionarlo.
La coyuntura actual en el caso del ICE, de que la apertura lo obligara a competir en el mercado, es un factor más que se suma a otros que probablemente antes no se notaban tanto.
En todo caso, es importante un diagnóstico que permita, rápidamente, definir hasta dónde el problema se origina en la competencia y hasta dónde en la administración, pero este análisis, como ha sido sugerido ya, deberá diagnosticar también el trabajo de los gerentes responsables (el anterior y el actual).
Una institución no entra en problemas a menos que haya tenido una mala administración y para dirigir esta es que se nombran los jerarcas.
Entre 2007 y 2010 se contrataron más de 3.800 plazas nuevas, cuando quizás lo que había que hacer eran reacomodos en cargos o sectores, ahí donde pudiere haber duplicación de funciones, entre otros problemas.
Este tipo de medidas saneadoras, si es que fueran necesarias, son impopulares, ya se sabe, y requieren también un esfuerzo mayor de gerencia, contrario a lo que el pueblo tan sabiamente ha dado en llamar “la ley del menor esfuerzo”.
Son disposiciones que requieren firmeza por parte del jerarca y del propio Poder Ejecutivo y acciones transparentes y bien razonadas. No se trata de perjudicar a algunos trabajadores sino, por el contrario, de hacer de todos eficientes colaboradores que hagan innecesaria una mayor contratación.
Esta inspiración para lograr eficiencia, siempre depende de gerentes y jefes que deben provocarla mediante el ejemplo y a través de planes de trabajo acordes con los objetivos y metas fijados. Algo que, para ser exitoso debe ser supervisado día a día.
Esta voluntad política para dar un ejemplo motivador, que inspire una respuesta cargada de eficiencia, que a su vez redunde en un sector público profesional, probo y capaz, es lo que no hemos tenido en Costa Rica, aunque es lo que pide a gritos la mayoría de los habitantes.