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Viernes, 19 de abril de 2024



EDITORIAL


Dedicación exclusiva, en muchos casos innecesaria

| Lunes 22 abril, 2013




Especialistas consultados coinciden en que, si bien la dedicación exclusiva se justifica en el caso de ciertos jerarcas de las instituciones del Estado, y en puestos con responsabilidades especiales, el resto no debería recibir ese privilegio


Dedicación exclusiva, en muchos casos innecesaria

Un gasto innecesario en muchísimos casos en el sector público podría sumar, según estimaciones hechas por este medio, alrededor de $100 millones de dólares anuales.
Una suma que el gobierno podría estar ahorrando si se hubiera tomado en serio la decisión de no gastar más de lo que ingresa, para evitar el endeudamiento con sus correspondientes intereses.
Se trata, entre otros tantos rubros, del pago de dedicación exclusiva a miles de funcionarios públicos sin que esto sea necesario y sin que signifique ningún beneficio para el resto de la población que es quien tiene que pagarlo.
Esta retribución adicional en el salario se da a quienes, por las condiciones de su cargo, deben comprometerse a dedicar su tiempo laboral con carácter exclusivo a la entidad pública para la cual labora, por razones muy especiales.
Se trata de puestos en los que se manejan los temas estratégicos o confidenciales, así como los que no deben tener ningún conflicto de interés.
Sin embargo, el problema se presenta debido a que, por razones que desconocemos, este privilegio se está pagando en miles de casos que pareciera que no se justifican, como lo plantea con algunos ejemplos este medio hoy en una nota sobre el tema.
Puede darse incluso la situación de que el gobierno o el Estado no tengan posibilidades reales de comprobar si la exclusividad se cumple o se manejan diversas estrategias para incumplirla.
Especialistas y expertos consultados por este medio coinciden en que, si bien la dedicación exclusiva se justifica en el caso de ciertos jerarcas de las instituciones del Estado, según puestos  y responsabilidades especiales, el resto no debería recibir ese privilegio.
¿Cómo entender que, sin haber equilibrado el gasto con el ingreso, el gobierno no haya estudiado y actuado en todos aquellos rubros en los que se debería intervenir para bajar el gasto anual?
Si en el pasado se detuvo la inversión en aspectos fundamentales, y en la administración anterior además de gastar todo el dinero público existente se ampliaron enormemente algunas planillas sin que esto mejorara los servicios, es a este gobierno a quien le corresponde enderezar la situación de las finanzas públicas, aunque la tarea tenga algún costo político que antes nadie quiso asumir.
Al menos eso es lo que probablemente esperan los trabajadores del sector productivo que contribuyen, sin recibir pluses salariales en la mayoría de los casos, y que tienen claro que equilibrar el gasto con el ingreso público implica actuar en varios frentes: el gasto innecesario y la buena recaudación, entre otros.







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