Ciclovías, por favor
| Sábado 05 enero, 2013
Hay muchas personas en Costa Rica que tienen bici pero que no le dan el uso adecuado por falta de infraestructura
Ciclovías, por favor
San José ha dado un paso importante hacia adelante recuperando las calles del casco comercial para los peatones, pero ahora debe ir más allá abriendo espacio a los ciclistas.
Es necesaria la construcción de ciclovías que crucen desde todos los puntos cardinales de San José y otras provincias y que estén acondicionadas con iluminación y seguridad para proteger al ciudadano.
Si se pudieron cerrar calles y avenidas para convertirlas en bulevares en la capital, por qué no hacerlo con algunas vías para introducir la bicicleta como un medio de transporte alternativo.
Hay muchas personas en Costa Rica que tienen bici pero que no le dan el uso adecuado por falta de infraestructura.
Eso quedó demostrado cuando se construyó la ciclovía en la carretera que va de Caldera a Puntarenas; hoy son centenares de personas que dejaron de viajar en bus y ahora lo hacen sobre dos ruedas.
Incluso hay personas que frecuentan ir al Pacífico por cuestiones de trabajo o recreación que llevan su bici para aprovechar la infraestructura existente y realizar ejercicio.
Fomentar el uso de la bici traería grandes beneficios a la población y un gran ahorro para el país, muy por encima de lo que le costaría a las autoridades de Transporte construir carriles exclusivos para ciclistas.
Por un lado se combate el sedentarismo que crea el viajar de bus en bus sin hacer gran esfuerzo físico y por el otro se ayuda a reducir la contaminación que produce el transporte.
Pero no solo habría beneficios a la salud sino también a la economía, tomando en cuenta que los problemas cardiovasculares y respiratorios pasan una cara factura.
A eso se suma que al estimular el uso de bicicletas aumentaría la venta de ese medio de transporte, reverdeciendo así ese negocio.
Hay experiencias que han dado buenos resultados tras la apertura de vías exclusivas para los ciclistas.
Sin ir muy lejos, Bogotá es un buen ejemplo. La capital colombiana inició en la década de los setenta cerrando algunas calles los fines de semana para dárselas a los ciclistas.
Hoy el programa cuenta con 121 kilómetros de ciclovías y aunque se utilizan mayoritariamente los fines de semana y días festivos, se debate si implementarlo para el día a día debido a la alta acogida.
Se estima que las ciclovías colombianas permiten que cerca de un millón de usuarios salgan de manera segura de sus casas a practicar diferentes tipos de actividad física.
Copiemos lo bueno y fomentemos el ejercicio, es una sana medida a un bajo costo.