Abraham Lincoln
| Jueves 28 marzo, 2013
No estoy segura si (Lincoln) sería acusado de tráfico de influencias o de conducta reñida con la ética, pero casi puedo asegurar que de existir la esclavitud no la hubiera podido abolir
Abraham Lincoln
Como abogado permitió la fuga de su cliente, como gobernante ofreció puestos a cambio de votos en el Congreso y no fue del todo sincero ante una consulta de los diputados, como estadista, abolió la esclavitud en Estados Unidos y puso fin a la Guerra de Secesión.
Abraham Lincoln tiene un lugar en la historia universal como uno de los líderes más preclaros, es evidente que como ser humano no fue perfecto, asumió retos y tomó decisiones difíciles de entender si no se conoce la historia y el contexto en el que se dieron.
La mujer iba a ser condenada por haber matado a su esposo, mismo que la golpeaba y abusaba de ella, su condena era inminente. Hoy en día, ese crimen sería juzgado con un atenuante tomando en consideración el Síndrome de Mujer Agredida y posiblemente el fallo sería diferente. Lincoln, tuvo la osadía de valorar los hechos y ayudarle a huir, convencido que se cometería una injusticia al condenarla.
Durante la discusión de la Enmienda Constitucional que aboliría la esclavitud en Estados Unidos, Lincoln se encontró ante una disyuntiva: poner fin a la guerra civil que desangraba la nación a costa de la aprobación de la Enmienda abolicionista, o prolongar la guerra y, con ello, forzar una votación en favor de la propuesta.
El voto favorable liberaría a los esclavos y la lucha armada dejaría de tener un propósito. Aun los más optimistas sabían que lograr ambas metas era prácticamente imposible.
La simple insinuación de una paz negociada debilitaba la decisión de la Fracción Republicana de apoyar la abolición de la esclavitud.
Lincoln se encontraba presionado pues con la llegada de la primavera la movilización de tropas era mayor y las batallas recrudecerían cobrando más vidas.
Por su parte, los demócratas no estaban dispuestos a ceder en las aspiraciones del Presidente pues de por medio estaba un lucrativo negocio de esclavos y una economía basada en la explotación de seres humanos.
El tiempo jugaba un papel importante, sabía que había recibido un mandato claro de su pueblo para un segundo mandato y que esperaban de él liderazgo, decisiones y resultados.
Asumió su responsabilidad e hizo lo que estaba a su mano para alcanzar un bien superior: negoció votos demócratas; ocultó y atrasó la negociación de paz con los representantes del Sur hasta conseguir la votación mayoritaria en favor de la Enmienda Trece.
Con la Abolición de la Esclavitud puso punto final a uno de los capítulos más oscuros de la historia de Norteamérica y conculcó la violación de Derechos Humanos.
Mientras veía la película Lincoln por tercera vez, me preguntaba qué sería de Lincoln hoy en Costa Rica. ¿Tendría el respaldo de la opinión pública? ¿Cuál sería la valoración de los medios sobre sus decisiones? ¿Se le abriría un expediente judicial? ¿Podría ser considerado como un interlocutor válido dentro del contexto de la anhelada Alianza Opositora?
No estoy segura si sería acusado de tráfico de influencias o de conducta reñida con la ética, pero casi puedo asegurar que de existir la esclavitud no la hubiera podido abolir.
Gloria Bejarano
Diputada