500 mil latinos vieron el Clásico Mundial
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 27 marzo, 2023
Durante dos semanas, el mundo disfrutó una de las experiencias beisboleras más espectaculares en la historia del deporte, con la celebración de la quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol, que se definió en una épica batalla entre los Estados Unidos y Japón, dos de los equipos que, desde el principio, fueron considerados como favoritos para llevárselo todo.
La final la ganó Japón 3-2 para convertirse en tricampeón del torneo y el colega Dionisio Soldevila escribió este comentario en su columna “Línea de Hit” que publica en Miami.
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“Como campeonato, el Clásico alcanzó niveles impresionantes: basta conocer las reacciones de los peloteros que participaron en el torneo y la forma que se expresaron sobre el mismo.
Mike Trout, Adam Wainwright, Trea Turner, además del dirigente Mark DeRosa, de la novena estadounidense, dijeron que nunca habían experimentado algo similar, ni nunca se habían divertido tanto.
El Clásico Mundial de Béisbol es una realidad, aún cuando algunos dueños de equipos y gerentes generales, todavía no han asimilado que se trata de competencia real y que representa un puente importante al futuro de las Grandes Ligas.
Sí, porque las Grandes Ligas necesitan nichos de nuevos negocios, para darle mayor crecimiento a una empresa que ya produce más de US$11 mil millones.
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El Clásico se celebra cada cuatro años y las Grandes Ligas lo venden como una Copa Mundial de Fútbol, pero de béisbol, y obligará a los peloteros a estar en su mejor condición de juego posible para el torneo.
Y cuando esto suceda, pueden estar seguros que el torneo no solo superará en un 100 por ciento las asistencias (como sucedió este año) sino que también se convertirá en otra maquinita de hacer dinero, como gusta a los dueños.
La final entre Estados Unidos y Japón fue un clásico automático debido al épico triunfo de los japoneses con Shohei Ohtani en el montículo. Además, el partido fue todo un éxito en cuestión de audiencias.
Fue el partido más visto de dicha competencia en territorio estadounidense y tuvo una audiencia promedio de 4.5 millones de televidentes.
El pico más alto de la transmisión, registró 6.5 millones de vistas y para la versión en español, transmitida en FOX Deportes, la audiencia fue de 492,000 personas.
Al comparar la final de la cuarta edición con la más reciente, el aumento de audiencia fue de un 69 por ciento.
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