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Una salud equilibrada

| Jueves 02 abril, 2009




Una salud equilibrada

El trastorno del reloj corporal puede influir mucho en la salud humana y los investigadores asocian esos desórdenes a la obesidad, el insomnio y la depresión.

Los ritmos circadianos, una suerte de reloj biológico del cuerpo, ya que todos los organismos vivientes siguen un compás.
Las personas se despierten antes de que suene el despertador o que sienta hambre a la misma hora todos los días, se puede decir que es como si un reloj interno funcionara de alarma.
Estos procesos se conocen con este nombre, y se estima están íntimamente relacionados con el metabolismo celular o sea el correcto funcionamiento de ambos depende de que logren establecer un equilibrio.
Así lo afirma un equipo de investigadores de la University of California-Irvine de Estados Unidos dirigido por Paolo Sassone-Corsi, en la publicación Science Express.
El descubrimiento del enlace entre los ritmos circadianos y la energía celular puede contribuir a comprender las pautas que sigue el organismo durante el día y la noche, según afirman los científicos.
Además, sostienen que podría ayudar a diseñar nuevos tratamientos contra el cáncer, la diabetes, la obesidad y una variedad de enfermedades relacionadas.
Los ritmos circadianos de 24 horas gobiernan las funciones fisiológicas fundamentales en casi todos los organismos, son sistemas esenciales para que los cuerpos midan el tiempo, se anticipen a los cambios medioambientales y se adapten a las distintas horas del día.
El trastorno de ese reloj corporal puede influir mucho en la salud humana y los investigadores asocian esos desórdenes a la obesidad, la diabetes, el insomnio, la depresión, las enfermedades coronarias y el cáncer.
El equipo investigador ha descubierto que los ritmos circadianos y el metabolismo están íntimamente relacionados para asegurar que las células funcionan adecuadamente y se mantienen sanas.
El propio Sassone-Corsi detectó que la proteína CLOCK, un engranaje molecular esencial de la maquinaria circadiana, interactúa con la proteína SIRT1, que detecta los niveles de energía de las células y modula el envejecimiento y el metabolismo.
Ahora, ha descubierto que ambas trabajan en equilibrio para dirigir la actividad por la que las proteínas metabólicas envían señales, llamada NAD+ sendero de rescate.
Una proteína clave de ese sendero, NAMPT, ayuda a su vez a controlar los niveles de la proteína CLOCK.
Por tanto, se crea una codependencia estrictamente regulada entre el reloj circadiano y el metabolismo.
"Cuando se rompe el equilibrio entre estos dos procesos vitales, la función celular puede fallar. Y eso puede terminar en enfermedad", explica Sassone-Corsi.
Tras sus hallazgos, los investigadores sugieren que un sueño y una dieta adecuados pueden ayudar a mantener o recuperar ese equilibrio.
Asimismo, consideran que podrían explicar por qué la falta de descanso o el trastorno del sueño pueden aumentar el hambre y eso lleva a desencadenar enfermedades relacionadas con la obesidad y el envejecimiento acelerado.

Redacción Internacional
EFE






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