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Se "majan la manguera", ICE y Racsa

Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Martes 06 diciembre, 2011




Clientes reciben los mismos servicios
Se “majan la manguera”, ICE y Racsa
Rescate de filial ha costado unos $15 millones este año

Como si fuesen bomberos de una misma estación, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y Radiográfica Costarricense (Racsa) trabajan juntos en apagar el mismo fuego que les representa la apertura telecom; sin embargo, al hacerlo se majan entre sí la manguera.
Lejos de aprovechar la rápida capacidad de ejecución que tiene Racsa o la fortaleza financiera del ICE, para desarrollar proyectos en conjunto o bien separar sus frentes de combate en el mercado, ambas compiten entre sí en varios nichos.
Esto les representa un reto a su competitividad, lo que podría llevarlos a elevados niveles de riesgo que terminen en el cierre de Racsa o su absorción por parte del Instituto.
Ante ello, el ICE ya ha tenido que salir a rescatar a su filial, inyectándole este año cerca de $15 millones que le permitieron estabilizar su flujo de caja para poder operar.
En cuanto a la competencia que mantienen entre sí, ambas empresas prestan los mismos servicios incluso a clientes del mismo segmento o nicho de mercado.
Esto se ha venido dando con servicio de Internet residencial, donde el ICE opera a través de la marca Acelera. Actualmente posee cerca de un 55% del mercado.
Por su parte, Racsa no solo ha tenido que competir por clientes con el ICE, sino que ha debido repartir parte de los ingresos con algunas cableras. El modelo que posee la obliga a solo ser parte de la infraestructura que lleva la conectividad, por lo que la comercialización ha sido tema de las empresas de televisión de paga, dividiendo así las ganancias.
Aunado a ello, con la llegada de la apertura en telecomunicaciones, algunas de esas cableras decidieron separarse de Radiográfica y asumir el negocio por sí solas, con lo cual le infligieron un fuerte golpe. Actualmente, Racsa ha visto disminuida su participación en este nicho, a solo un 11% del mercado.
Otro de los segmentos en que se presenta duplicación es en el área empresarial, donde el ICE mantiene una unidad de negocios para el sector, especialmente en servicios como conectividad a Internet, establecimiento de redes virtuales privadas, videoconferencias y canales punto a punto (enlaces directos entre sucursales de una misma empresa), entre otros.
Tras la desbandada de clientes residenciales de Internet, Racsa ha enfocado gran parte de sus esfuerzos en conquistar este mercado empresarial; no obstante, su portafolio es muy similar al del ICE.
“Es impresionante la poca habilidad de los órganos directivos del ICE para definir las áreas de negocios de su subsidiaria”, dijo recientemente Juan Manuel Campos, analista de Ciber Regulación, en torno al tema.
La duplicación de trabajo en ciertas áreas podría representar un riesgo para ambas firmas, especialmente para la filial, dado que su tamaño en activos de menos de un 4% en relación con los activos totales del ICE, y su clara menor participación del mercado, la colocan como la más débil.
Ante ello, algunos actores del sector telecom abogan por hacer una repartición de los servicios que prestan el ICE y Racsa para que no exista superposición.
En ese sentido se podría analizar por ejemplo trasladar todos los negocios empresariales a Racsa para que el ICE pueda concentrarse en los servicios meramente ligados a la telefonía.
Otra opción sería tomar una decisión en torno a Internet residencial que no involucre competir entre sí.
En ese sentido el ICE está a las puertas de un relanzamiento del servicio Acelera, que incluye un cambio de nombre y una nueva estrategia, como lo confirmó Jaime Palermo, gerente de Clientes de la entidad a LA REPUBLICA recientemente. Sin embargo, sus alcances no han sido revelados.
Tanto los jerarcas del ICE como los de Racsa han confirmado que la intención es no dejar morir a la filial. Una primera muestra de ello fue el compromiso del Instituto por capitalizarla este año con $15 millones, con el fin de que no ocurra lo que ya algunos analistas comienzan a ver en el horizonte, una posible venta.
En todo caso, esta pareciera ser una de las opciones menos viables, debido a lo poco atractivo que resultaría el negocio para inversionistas privados.
Tomando en cuenta que tiene pocos negocios diferenciados, Racsa representaría para un comprador un negocio no muy lucrativo, dado que su mayor capital son equipos tecnológicos cuya vida útil no va más allá de cinco años y cuyas licencias y permisos de conexión a cables submarinos enfrentan una fuerte competencia pública y privada.

Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net






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