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Peldaño 1: Hablemos claro

| Viernes 01 agosto, 2008




Peldaño 1: Hablemos claro

German Retana
German.retana@incae.edu

¿Cuál es la alternativa a la confianza dentro de un equipo? Lo contrario, la desconfianza; o sea, la raíz del ocultamiento o no confrontación de problemas, del disimulo de diferencias importantes de criterio, de la interacción superficial, de las distancias “prudentes” y de la superficialidad en el trato personal y en el análisis de temas que afectan los resultados.
La desconfianza conduce al camino de la hipocresía, del sarcasmo, del chisme, de las mentiras y de la indiferencia. Consecuentemente se reduce la poca fuerza de un anhelo compartido y se acrecienta el individualismo, los subgrupos y la ausencia de compromiso. Así no se llega a ninguna parte, excepto al estancamiento, el conformismo y la ausencia de mística por un ideal. Todo esto aminora al equipo, que deja de serlo muy pronto porque los lazos que le unen son muy frágiles.
Por lo tanto, el primer paso para consolidar el equipo es construir meticulosamente las bases para una confianza sólida, sustentada en valores comunes, y apoyada por todos sus componentes. Esto se logra cuando se acepta la premisa del respeto mutuo, que se incrementa cuando todos conceden el permiso de conocerse como personas y no simplemente por sus roles. No es raro encontrar individuos que trabajan juntos por varios años, pero que se ignoran como seres humanos y ni siquiera se han ocupado de conocerse más allá que por su “papel en la obra”.
En un ambiente de confianza nace la comprensión, la solidaridad, el compañerismo y el comportamiento profesional. El respeto que cada miembro del equipo se brinde a sí mismo, determina en mucho cuánto respeto recibirá de los demás; por eso la confianza protege la individualidad, la autoestima y la autenticidad de cada cual. De esta forma será factible comunicarse sin ambigüedades, manipulaciones, conveniencias ilegítimas y cálculos personales.
Hablar claro crea una sensación de libertad que fortalece la unión, el sentimiento de pertenencia, la lealtad mutua y la calidad del pensamiento en el seno del equipo. La mente se utiliza creativamente, la sinceridad es regla de oro, las diferencias de criterio son bienvenidas y nada se oculta bajo la mesa.
Expresarse con apertura, sin temores, fortalece la paz interna y aumenta la disposición para procurar altos resultados. Todos saben que, juntos, sin cargas pesadas de egos, apegos ni egoísmos, podrán avanzar a velocidad, comprendiendo que la calidad de su desempeño depende de la calidad del diálogo en el equipo.
Desde este primer peldaño, se podrá subir a otros como la unión, el compromiso con una visión de futuro, la pasión para lograr metas, la reacción inteligente a situaciones difíciles y la rigurosa rendición de cuentas entre todos, señal inequívoca de que son un verdadero equipo.






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