Logo La República

Viernes, 13 de diciembre de 2024



NOTA DE TANO


Nota de Tano

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 29 diciembre, 2010

Gaetano Pandolfo

Hoy termina la Vuelta.

Nunca he dado cobertura a una de sus etapas en sus 46 ediciones y hay un único responsable: el alcohol.

Sé poco de ciclismo, pero siempre he admirado a sus actores: los pedalistas, para mí y sin sentirlos en carretera, héroes deportivos.

Cuando me atrapó la enfermedad del alcoholismo empecé a sentir sus estragos, sobre todo en los viajes al exterior. Estando en Costa Rica, amanecía de “goma”, se metía uno a la cantina más cercana, tres o cuatro “mechazos” y asunto resuelto, al menos por unas horas.

Pero en el extranjero y dando cobertura a los eventos deportivos que se desarrollaban, había que trabajar fuerte y temprano para cumplir con esa competencia tan sana de escribir la primicia y derrotar al colega del periódico rival. No había tiempo para “desengomarse” y aquello era un infierno.

Recuerdo los Panamericanos en México 1975 o 76 como una experiencia de vida profesional traumática; viajamos a Toluca a ver el juego de la Selección contra la mexicana, cuando nos metieron 7-0. Aquello fue una orgía de alcohol. En el hotel, al lado de Javier Rojas, Isaac Sasso, Rápido Ortiz, don Luis Cartín, el Negro Santor me sentía mutilado; no podía caminar; para ascender a las cabinas del Estadio Azteca, tuve que meterme unos tragos.

¡Estaba liquidado!

Entonces le cogí pavor a la Vuelta; tenía fama de que en ella, algunos periodistas hacían fiesta en cada localidad a la que arribaba. Yo sabía en mi interior que si el periódico me mandaba a informar, de la cama nadie me bajaba.

Por suerte tenía colegas especialistas en ciclismo; mi recordado maestro, don Fernando Naranjo era un experto, de manera que esa obra maestra del deporte nacional que es la Vuelta a Costa Rica, lamentablemente como periodista, siempre me fue ajena.

Cuando perdí mi trabajo por culpa del alcohol y me pasé a vivir en casa de mi madre cercana al Estadio Nacional, uno de los pocos momentos agradables de esa vida miserable a la que te lleva el licor, era ir al coliseo a esperar el final de la Vuelta.

Ahí estuve de pie, de 1981 a 1984, esperando a los héroes, a los campeones, a los líderes de las clasificaciones y los aplaudí frenéticamente, lamentando internamente, cómo no pude estar con ellos en carretera, debido a la adicción maldita a esa droga nefasta que destroza hoy la juventud de nuestra Patria, muchísimo más que el crack: su majestad, el alcohol.


NOTAS ANTERIORES


Goles letales en minutos claves liquidaron al León

Viernes 13 diciembre, 2024

Una sinfonía de patadas, agresiones físicas y fútbol de “mala leche” de jugadores de los dos equipos, contaminaron la vuelta de una semifinal

¡Cuidado! Saprissa olfatea pentacampeonato

Jueves 12 diciembre, 2024

Saprissa es un equipo sumamente peligroso en instancias finales. Se crece, se ordena, se motiva, se mueve en su charco, el que le gusta y le agrada

Saprissa y Herediano favoritos a sobrevivir

Martes 10 diciembre, 2024

El Team jugó a lo grande y se tragó a un León, muy mal acostumbrado a convertirse en minino en los momentos cruciales de las competencias







© 2024 Republica Media Group todos los derechos reservados.