Mayor desafío ante los refugiados en Europa

Mariam no es el tipo de refugiado sirio que quizá esperaba Angela Merkel.
Tras un viaje desde Turquía con sus tres hijos para reencontrarse con su marido en Berlín, la mujer de 23 años con un largo abrigo negro y un pañuelo de cabeza color crema quiere irse de la ciudad que pensó que sería un paraíso y volver a un país musulmán.
“No quiero tener raíces aquí, no quiero aprender alemán o integrarme”, dijo en árabe bajo la lluvia de una mañana de octubre, pidiendo que no se la mencionara por su nombre completo después de escapar de la violencia de su país de origen. “De todos modos, no necesito hacerlo porque estoy aquí hasta que termine la guerra en Siria”.
Muchos sirios que como Mariam están en un centro de refugiados de Berlín también se refirieron a Alemania como un lugar de paso en lugar de una vida totalmente nueva.
Si bien esto es solo una instantánea, podría presagiar cuál será el siguiente capítulo de la crisis que vive la economía más grande de Europa, en tanto muchos recién llegados se resisten a aprender alemán y a asimilarse.
Esto podría aumentar el riesgo de que surjan sociedades paralelas e intensificar los temores de los votantes en momentos en que la canciller Angela Merkel se enfrenta a la mayor amenaza que haya sufrido su gestión.
Cuando en agosto abrió las fronteras de Alemania a quienes buscaban asilo, dijo que estos podrían ocupar puestos de trabajo vacantes ante la contracción de la población local y llegar a ser contribuyentes en el futuro.
Ahora, los aliados políticos del partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana, y su agrupación hermana la Unión Social Cristiana se muestran preocupados de que esos esfuerzos fracasen en tanto la llegada de inmigrantes no da señales de disminuir.
Los sirios que pidieron asilo en Alemania en los primeros nueve meses de 2015 sumaron 73.615, de un total de 303.443 solicitudes, de acuerdo con los datos del gobierno.