Jonce vuelve al interior del ser humano en “Her”
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 19 febrero, 2014
CINE
Jonce vuelve al interior del ser humano en “Her”
En “Her”, la voz de Scarlett Johansson es la sexy y eficaz Samantha, un programa de ordenador diseñado para empatizar con sus usuarios. Internet/La República
Spike Jonce, un autor de los considerados “de culto”, llega con “Her”, una película sobre los problemas que tiene el ser humano para relacionarse con sus iguales y buscar la felicidad; “va dijo en una entrevista con Efe sobre la dificultad para intimar con otras personas”.Si en su primer largometraje, “Being John Malkovich” (1999), Jonce conseguía meter al espectador en la cabeza del venerado actor estadounidense, en esta se sirve de un entorno sumamente futurista para hacer posible que un hombre se enamore del sistema operativo hipermoderno que acaba de instalar en su ordenador personal.
“Se trata de dos personas intentando conectar, y resulta que una de ellas es solo una voz”, explicó el realizador (Maryland, 1969), que por esta cinta está nominado a cinco Óscar, entre ellos el de mejor película.
Y a pesar de un enunciado así, que podría esconder un chiste malo, lo que hay detrás es una emotiva historia de amor y soledad que desnuda la incapacidad de un treintañero “Peter Pan”, incapaz de reconocer que lo es, para abrir su corazón y compartir su vida.
“La gente puede tener una idea equivocada y pensar que ‘Her’ habla de los avances tecnológicos, pero en realidad, es una película sobre el amor, las relaciones y la intimidad”, detalló Jonce en Madrid, donde promociona la película.
Ese lugar futurista y esa tecnología al alcance de todos y tan presente en la vida cotidiana de los habitantes de una Nueva York más a lo alto todavía, es “solo el envoltorio”.
“Podría suceder ahora mismo, no me importa tanto dónde sino qué: trato de explicar el deseo de los humanos por buscar la intimidad con otras personas. ‘Gravity’ puso como ejemplo ocurre en el espacio, y ‘Her’ en un mundo tecnológico. Ninguno de los dos ambientes son imprescindibles para contar lo que quieren contar”, resume.
Madrid/EFE