Crónica de la crisis internacional de contenedores y sus secuelas en Costa Rica (parte 3 de 4)

La crisis de contenedores definitivamente merece ser un caso de estudio y aprendizaje, dónde debemos plantearnos preguntas sobre el accionar país, que nos permitan mejorar como economía resiliente ante situaciones como esta:

¿Tuvo el Costa Rica la capacidad de reacción necesaria ante esta crisis?

Es aplaudible que se lograra implementar una medida compensatoria como la planteada en la Ley 10.162. Sin embargo, los tiempos de reacción pudieron mejorarse por mucho. La crisis de contenedores fue alertada desde finales del 2020 y colocada en la mesa de los creadores de política pública desde inicios del 2021. La medida fue plantada formalmente en agosto 2021 y el Proyecto de Ley fue aprobado en marzo del 2022, dos años después del inicio de la pandemia y un año después de que la situación fuese más que evidente para todo el mundo.

Otros países, como Ecuador, Colombia, Perú y Honduras ejecutaron medidas similares antes que nosotros, a pesar de que en Costa Rica se plantearon con más antelación.

¿Quiénes fueron los más afectados?

Como siempre, las empresas más pequeñas, con menos musculo de negociación y menor capacidad de reacción fueron las más afectadas. Por esta razón, la medida aplicada tuvo un comportamiento progresivo.

¿Qué pasará con la Ley 10.162 que se aprobó como medida paliativa?

La Ley plantea la utilización de costos de flete previos a la pandemia por un periodo de un año, esto implica que en marzo 2023 la política expira. Adicionalmente, el Poder Ejecutivo, a través de la Dirección General de Aduanas, pudo haber solicitado revisión y suspender la medida si ésta ya no era necesaria.

¿Podremos vivir otra crisis de contenedores?

Esta experiencia dejó en evidencia las vulnerabilidades que tiene la cadena logística. Esto provocó que muchas estrategias cambiaran con relación a los proveedores y compras en general; fomentando conceptos como los de nearshoring, reshoring, etc. que buscan reducir las distancias para disminuir el riesgo de problemas logísticos. Sin embargo, mientras existan cadenas de suministros, existirán riesgos a que estas se rompan por factores fuera del control logístico.