Una responsabilidad compartida
| Viernes 05 octubre, 2007
Una responsabilidad compartida
Los electores costarricenses nos encontramos en la recta final, nos acercamos a la meta en que todos los costarricenses decidiremos los modelos de desarrollo económico, comercial y social con los cuales viviremos, por lo menos, la actual generación y algunas más.
El referéndum para la aprobación o no del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, el cual ha polarizado como nunca a nuestro país, será un referente para las futuras generaciones sobre la historia moderna de Costa rica. Ellos se la explicarán según el antes y el después del referéndum.
La Costa Rica del 48 se agotó o esta próxima a agotarse. Las fuerzas que impulsaron el desarrollo de nuestro país en la segunda mitad del siglo XX estuvieron influenciadas necesariamente por las posiciones ideológicas que caracterizaron a todo el mundo en aquellos momentos. Por un lado el capitalismo y por otro el socialismo. Nuestro país, ciertamente, supo conjugar aspectos buenos de ambas posiciones y logró un equilibrio que trajo como resultado una mejor distribución de la riqueza y un sistema solidario de seguridad social sin menoscabo de las libertades individuales.
Hoy el destino nos llama a impulsar una nueva etapa. Para tomar la decisión mas atinada, lo más sabio es consultar con nuestra historia pasada y reciente, leer los signos de los tiempos actuales y sintetizar un modelo nacional que se acomode a las exigencias del mundo globalizado sin menoscabo de los logros ni de la idiosincrasia nacionales.
La desesperación es pésima consejera, seguramente y gracias a la elevada participación ciudadana, entre ella la empresarial, sindical y académica, gracias también al poder controlador de la prensa nacional, estoy seguro de que la decisión que tomemos el 7 de octubre será la más sabia y la que más beneficiará a nuestra nación y dibujará el mapa del nuestro futuro próximo y medio.
Hoy más que nunca, la responsabilidad de todos es resolver nuestras cuestiones vitales de manera democrática, pacífica, transparente y en el marco de los sagrados principios que aprendimos de nuestros padres y maestros. No necesitamos importar estrategias, ni estratagemas ajenas para tomar las decisiones que nos incumben solo a nosotros los costarricenses.
Johnny Sáurez Sandí
Abogado y notario
Los electores costarricenses nos encontramos en la recta final, nos acercamos a la meta en que todos los costarricenses decidiremos los modelos de desarrollo económico, comercial y social con los cuales viviremos, por lo menos, la actual generación y algunas más.
El referéndum para la aprobación o no del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, el cual ha polarizado como nunca a nuestro país, será un referente para las futuras generaciones sobre la historia moderna de Costa rica. Ellos se la explicarán según el antes y el después del referéndum.
La Costa Rica del 48 se agotó o esta próxima a agotarse. Las fuerzas que impulsaron el desarrollo de nuestro país en la segunda mitad del siglo XX estuvieron influenciadas necesariamente por las posiciones ideológicas que caracterizaron a todo el mundo en aquellos momentos. Por un lado el capitalismo y por otro el socialismo. Nuestro país, ciertamente, supo conjugar aspectos buenos de ambas posiciones y logró un equilibrio que trajo como resultado una mejor distribución de la riqueza y un sistema solidario de seguridad social sin menoscabo de las libertades individuales.
Hoy el destino nos llama a impulsar una nueva etapa. Para tomar la decisión mas atinada, lo más sabio es consultar con nuestra historia pasada y reciente, leer los signos de los tiempos actuales y sintetizar un modelo nacional que se acomode a las exigencias del mundo globalizado sin menoscabo de los logros ni de la idiosincrasia nacionales.
La desesperación es pésima consejera, seguramente y gracias a la elevada participación ciudadana, entre ella la empresarial, sindical y académica, gracias también al poder controlador de la prensa nacional, estoy seguro de que la decisión que tomemos el 7 de octubre será la más sabia y la que más beneficiará a nuestra nación y dibujará el mapa del nuestro futuro próximo y medio.
Hoy más que nunca, la responsabilidad de todos es resolver nuestras cuestiones vitales de manera democrática, pacífica, transparente y en el marco de los sagrados principios que aprendimos de nuestros padres y maestros. No necesitamos importar estrategias, ni estratagemas ajenas para tomar las decisiones que nos incumben solo a nosotros los costarricenses.
Johnny Sáurez Sandí
Abogado y notario