Todos los gobiernos han actuado con la misma desidia en seguridad vial: David Gómez, experto en movilidad

Durante décadas, los gobiernos de turno han responsabilizado a los usuarios por los accidentes fatales, en lugar de diseñar calles seguras y sancionar conductas imprudentes como corresponde, de acuerdo con David Gómez, consultor en movilidad sostenible.

El experto considera que, en cierta forma, ha existido desidia con el tema de la seguridad vial, a tal punto que el país registra cifras alarmantes.

Lea más: 2024 sería el primer o el segundo año con más muertes de motociclistas en una década

En el caso de los motociclistas, que representan más del 50% de los fallecidos en sitio, el tema es más preocupante, ya que este 2024 se perfila como el año más sangriento en una década.

Gómez señala que es hora de poner orden en varios aspectos en carretera, como aumentar la cantidad de policías, implementar las fotomultas y, por supuesto, regular a las “motos disfrazadas de bicicletas que vienen con pedales de adorno”.

¿En qué se está fallando?

Se está fallando en dos aspectos primordialmente:

Un diseño vial altamente permisivo que no pone límites a las conductas imprudentes que con mucha facilidad pueden hacer los motociclistas, incluso más que los conductores, y

La ausencia de control vial.

Todo esto es una receta muy peligrosa: la calle permite que usted haga lo que quiera y nadie lo sanciona por hacerlo.

¿Qué se debe hacer?

Implementar un diseño vial más restrictivo.

El pensamiento tradicional, causante de tantas fatalidades, es que los carriles deben ser anchos, las curvas abiertas y no debe haber obstáculos entre carriles para que la gente no se lastime.

Lea más: Pese a alta mortalidad, cada 2 horas se sorprende a un motociclista sin casco

Sin embargo, los países con mejores prácticas en seguridad vial más bien ponen esos obstáculos para prevenir el mal comportamiento, y también se deben incrementar los controles viales, especialmente usando tecnología de fotomultas. La gente necesita sentirse vigilada para comportarse bien, y mucho más los motociclistas porque, de nuevo, nuestro diseño vial es altamente permisivo.

¿Cuánto podría estar incidiendo en la muerte de motociclistas la indefinición en torno a las bicimotos?

Los vehículos de dos ruedas que pueden exceder 25 km/h deben ser considerados motocicletas y sujetos a todas las regulaciones correspondientes. Hoy tenemos motos disfrazadas de bicicletas porque vienen con pedales de adorno.

Esto es sumamente peligroso porque alcanzan altas velocidades y no se les exige nada. Hay bicimotos hechizas muy peligrosas. Se les permite circular hasta en autopistas, y eso también es muy peligroso. Todo esto tiene que ver con legislación, pero también con control vial.

¿Tiene el gobierno verdadero interés en regularizar a las bicimotos?

El hecho de que no haya apertura a implementar las buenas prácticas internacionales en seguridad vial, que se sabe que funcionan porque los datos lo demuestran, es una muestra de desinterés que trasciende ciclos políticos: todos los gobiernos han actuado con la misma desidia.

Que el problema sea más grave hoy es consecuencia de un aumento en la flota de motocicletas, pero la actitud del Estado al respecto ha sido siempre la misma: responsabilizar a los usuarios en lugar de diseñar calles seguras y sancionar conductas imprudentes.

¿Esto se puede resolver rápido o bien es un cambio que se realiza con el paso del tiempo?

La parte de control vial puede ser muy rápida porque es cuestión de desplegar un sistema de control de fotomultas y multiplicar el recurso humano de la Policía de Tránsito. Claro está que eso depende de los recursos económicos disponibles.

La parte de diseño vial sí puede tomar más tiempo porque requiere intervenciones sistemáticas en los 44.000 km de la red vial, pero hay tramos específicos donde se pueden hacer cambios con poca inversión y de forma rápida.