2024 sería el primer o el segundo año con más muertes de motociclistas en una década

Si por la víspera se saca el día, el 2024 será uno de los años con más muertes de conductores de motocicleta en una década.

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En promedio, unas 20 personas fallecieron al mes mientras manejaban un vehículo de este tipo entre enero y agosto, según datos del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) y la Policía de Tránsito. Los números no incluyen a aquellas personas que quedan malheridas en un accidente y luego fallecen en el hospital.

En caso de mantenerse el ritmo de muertes en sitio para estos conductores, el año cerrará con 238 motociclistas muertos, lo cual solo sería superado por el registro de 2023, cuando se contabilizaron 253 casos.

No obstante, existe la posibilidad de que el 2024 supere el año previo, ya que históricamente los accidentes fatales tienden a aumentar considerablemente en diciembre por el consumo de licor y las fiestas de la época.

“Los conductores de todo vehículo, pero en especial los motociclistas, deben ser pacientes y recordar que su vida está en juego. Dos o tres minutos más de viaje antes de llegar al destino no es gran diferencia, pero un accidente de tránsito sí puede tener graves consecuencias. Asimismo, es importante que los motociclistas manejen a la defensiva, ya que no necesariamente un accidente fatal puede ser producto de una imprudencia propia, sino de una tercera persona”, dijo Mauricio Piedra, subjefe de operaciones de la Policía Nacional de Tránsito.

Después de la pandemia, el registro de accidentes fatales, tanto totales como de motociclistas, ha venido aumentando paulatinamente.

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En el caso de los conductores de motocicletas, es posible que la irrupción de las bicimotos o bicicletas asistidas tenga incidencia en el registro.

Se trata de vehículos que tienen todas las características de una moto y que también tienen pedales para impulsarse.

Esto hace que la ley no los considere como motocicletas y, por tanto, sus conductores no requieren licencia, marchamo, placa ni revisión técnica.

Por otra parte, gracias al desarrollo de las plataformas de delivery, muchas personas han comprado estos vehículos, valorados en unos ¢400 mil, para tener una fuente de empleo.

“No tenemos datos para señalar que haya una relación entre una cosa y la otra, pero yo pienso que el aumento sí se puede explicar por esta razón”, agregó Piedra.

De momento, no está claro qué va a hacer el gobierno con este tema, ya que a la fecha Cindy Coto, directora del Cosevi, se ha limitado a indicar que se está analizando el tema y que pronto se estaría comunicando la decisión.

Sistema vial permisivo atenta contra la vida de los motociclistas

Mientras tanto, David Gómez, experto en movilidad urbana, explicó a La República que el diseño de las carreteras es permisivo y que esto permite a los conductores hacer maniobras imprudentes, a la vez que no hay control vial.

“Se está fallando en dos aspectos primordialmente: un diseño vial altamente permisivo que no pone límites a las conductas imprudentes que con mucha facilidad pueden hacer los motociclistas, incluso más que los conductores, y la ausencia de control vial. Es una receta muy peligrosa: la calle permite que usted haga lo que quiera, y nadie lo sanciona por hacerlo”, dijo Gómez.

Casualmente, cada dos horas, en promedio, la Policía de Tránsito emite una multa de ¢123 mil por la ausencia o mal uso del casco por parte de los motociclistas.

En total, se han registrado 2.677 multas relacionadas con el casco en los primeros siete meses del año.

De estas, 1.714 fueron impuestas a conductores que no llevaban casco o lo portaban incorrectamente, mientras que 963 se dirigieron a quienes permitieron esa misma conducta en sus acompañantes.

El casco, un elemento fundamental para la seguridad de los motociclistas, puede reducir hasta en un 65% las lesiones graves en la cabeza durante un accidente, según estudios internacionales.

“Como sociedad, debemos cuestionarnos por qué es necesario amenazar con multas para obligar a una persona a protegerse en carretera o proteger a su acompañante. No se trata solo de llevar el casco, sino de usarlo correctamente, porque de nada sirve si, en un accidente, el casco sale por un lado y el motociclista por otro”, dijo Oswaldo Miranda Víquez, director de la Policía de Tránsito.