Todo en blanco

Panamá y El Salvador no se hacen daño y empatan a cero

La falta de puntería se convirtió en el principal rival de El Salvador y Panamá, donde las argollas terminaron colgando al término del encuentro.
No lograron encontrar la brújula los equipos y eso que tuvieron múltiples oportunidades frente a los arqueros.
El partido pintó entretenido desde el inicio y más con Panamá mostrando una de sus virtudes a la hora de ir al frente. Centro largo y completamente solo llega Blas Pérez para cabecear, pero trata de colocar tanto el balón que la envía afuera.
Esos primeros 45 minutos tuvo a un Panamá, que debutaba en esta edición mostrando mejor cara que su rival, mejores llegadas y cerca de acabar con el cerrojo de Dagoberto Portillo.

El Salvador trató de componer sus líneas, sin poder llegar hasta más allá de media cancha el balón.
Se les apagó el grito de gol a los panameños cuando Rolando Blackburn llegó primero a otro centro y anticipó al arquero, pero su desvío se fue por muy poco.
Fue hasta en los últimos minutos cuando los cuscatlecos se dieron cuenta que podían hacer daño con la velocidad de Rafael Burgos, aunque sin mayor fortuna.
El segundo tiempo trajo un juego más de ida y vuelta, pero con los mismos fallos.
Esta vez fueron los salvadoreños los que estuvieron cerca de abrir el marcador, el pequeño Andrés Flores se inventó una jugada para salir de la marca de dos defensas y mandó un sombrerito a Jaime Penedo que sacó a una mano.
Después respondió Panamá con Blackburn, de nuevo demostrando que no era su día.
Y cuando no se podía fallar más, apareció Burgos a robar un mal despeje de la defensa rival y ante Penedo la mandó a un costado.
Después bajó el ritmo del partido, los equipos ajustaron en defensa y el 0-0 se hizo tan inmenso como el Estadio Nacional.

Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net