Solidaridad intenta aplacar tristeza y dolor
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 12 enero, 2009
A pesar de la incertidumbre por muerte y desapariciones
Solidaridad intenta aplacar tristeza y dolor
• Costarricenses se vuelcan con contribuciones en efectivos, ropa, alimentos y medicinas
• Ingenieros evalúan estado de estructuras y terrenos
Ernesto José Villalobos
evillalobos@larepublica.net
En San Miguel de Sarapiquí se respira sudor, se respira solidaridad; se respira hondo y se continúa con el esfuerzo de ayudar a quien se pueda.
Pero también se respira un poco de la muerte que ya se va adueñando de la zona, arañando la tierra bajo la que yace oculta. Cifras oficiales dicen que los fallecidos por el siniestro ya suman 24, mientras que 42 personas permanecen desaparecidas.
No obstante, el espíritu de Costa Rica se sobrepuso y echó mano de la solidaridad que han mostrado decenas de miles de personas, que siguen contribuyendo a llevar un poco de esperanza a quienes hoy son los más necesitados.
Centenares de centros de acopio se abrieron por todo el país en tiendas de electrodomésticos, en iglesias, en emisoras de radio y en cualquier lugar que resulte bueno para recolectar alimentos, ropa, medicinas.
Solo la Casa Presidencial, que abrió un centro de acopio desde el viernes, logró llenar siete furgones que irán directo a la zona de la tragedia.
La empresa privada y cada costarricense que se ha sumado a las recolectas que rápidamente se multiplicaron, ponen otra cara a la emergencia. No la borran pero la alivian.
En los centros de operaciones de las autoridades que atienden los efectos del temblor, cruzrojistas, bomberos y efectivos de la Fuerza Pública, pululan haciendo un trabajo noble pero difícil.
“A partir de mi experiencia de 15 años en esto, no estoy seguro siquiera de que podamos sacar todos los cuerpos”, explica acongojado pero firme Gilberth Dondi, Coordinador de Patrullas de la Cruz Roja.
Entretanto, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes calculó en $12 millones, los trabajos necesarios para restablecer solo la carretera que comunica los poblados de Cinchona, Vara Blanca, Los Cartagos y otros aledaños.
Más de 30 mil personas aún se mantienen sin el servicio de agua potable, situación que de acuerdo con los ingenieros de Acueductos y Alcantarillados, se mantendrá por días.
Equipos de la Comisión Nacional de Emergencia, apoyados por expertos del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, llevarán a cabo una valoración del estado en que se encuentran no solo las edificaciones que se ubicaban en la zona epicentral, sino también los terrenos.
“Lo importante en este caso, es que se unifiquen los criterios de valoración para no caer en atrasos innecesarios o exageraciones; la experiencia de quienes hagan las visitas al sitio va a ser crucial”, explicó Roy Acuña, ingeniero estructural quien estará visitando la zona.
Solidaridad intenta aplacar tristeza y dolor
• Costarricenses se vuelcan con contribuciones en efectivos, ropa, alimentos y medicinas
• Ingenieros evalúan estado de estructuras y terrenos
Ernesto José Villalobos
evillalobos@larepublica.net
En San Miguel de Sarapiquí se respira sudor, se respira solidaridad; se respira hondo y se continúa con el esfuerzo de ayudar a quien se pueda.
Pero también se respira un poco de la muerte que ya se va adueñando de la zona, arañando la tierra bajo la que yace oculta. Cifras oficiales dicen que los fallecidos por el siniestro ya suman 24, mientras que 42 personas permanecen desaparecidas.
No obstante, el espíritu de Costa Rica se sobrepuso y echó mano de la solidaridad que han mostrado decenas de miles de personas, que siguen contribuyendo a llevar un poco de esperanza a quienes hoy son los más necesitados.
Centenares de centros de acopio se abrieron por todo el país en tiendas de electrodomésticos, en iglesias, en emisoras de radio y en cualquier lugar que resulte bueno para recolectar alimentos, ropa, medicinas.
Solo la Casa Presidencial, que abrió un centro de acopio desde el viernes, logró llenar siete furgones que irán directo a la zona de la tragedia.
La empresa privada y cada costarricense que se ha sumado a las recolectas que rápidamente se multiplicaron, ponen otra cara a la emergencia. No la borran pero la alivian.
En los centros de operaciones de las autoridades que atienden los efectos del temblor, cruzrojistas, bomberos y efectivos de la Fuerza Pública, pululan haciendo un trabajo noble pero difícil.
“A partir de mi experiencia de 15 años en esto, no estoy seguro siquiera de que podamos sacar todos los cuerpos”, explica acongojado pero firme Gilberth Dondi, Coordinador de Patrullas de la Cruz Roja.
Entretanto, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes calculó en $12 millones, los trabajos necesarios para restablecer solo la carretera que comunica los poblados de Cinchona, Vara Blanca, Los Cartagos y otros aledaños.
Más de 30 mil personas aún se mantienen sin el servicio de agua potable, situación que de acuerdo con los ingenieros de Acueductos y Alcantarillados, se mantendrá por días.
Equipos de la Comisión Nacional de Emergencia, apoyados por expertos del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, llevarán a cabo una valoración del estado en que se encuentran no solo las edificaciones que se ubicaban en la zona epicentral, sino también los terrenos.
“Lo importante en este caso, es que se unifiquen los criterios de valoración para no caer en atrasos innecesarios o exageraciones; la experiencia de quienes hagan las visitas al sitio va a ser crucial”, explicó Roy Acuña, ingeniero estructural quien estará visitando la zona.